Diego Lainez, el ‘millennial’ que rompe los moldes en México

Diego Lainez, el ‘millennial’ que rompe los moldes en México

Diego Lainez (Villahermosa, 2000) es el futbolista del nuevo milenio que ha contratado el Betis. Y también un caso atípico en México. En su país, a diferencia de Argentina y Brasil que funcionan como fábricas, a los futbolistas juveniles les impiden salir a Europa. Es un impedimento sutil en el que los directivos mexicanos tasan a sus futbolistas al precio de los grandes futbolistas. Lainez ha conseguido irse a Sevilla con 18 años y como el mexicano por el que más han pagado para ficharle: 15 millones de euros, unos 17,5 millones de dólares.

A sus 16 años, Diego Lainez no estaba bajo el radar de ninguno de los reclutadores o enlistado en alguna estadística de rendimiento juvenil. Era un fantasma en el fútbol de México, un juvenil más del América, un equipo más habituado a comprar que generar futbolistas. Uno de los que volteó al campamento de adolescentes menores de 17 años fue el argentino Ricardo La Volpe. El estratega se impresionó con el desparpajo del chico y le ascendió de inmediato al primer equipo en 2017.

En los primeros partidos, Diego Lainez transitaba por los estadios con su 1,67 metros de estatura y su peinado recién relamido del colegio. En la espalda tenía un número exagerado: el 340. No había otro más para un principiante. Con el balón en sus pies era un intrépido que intentaba una ruleta o un caño al rival. “¿Cómo va a adquirir experiencia si no juega?”, cuestionaba La Volpe. En México se desató la alarma: ¿se traba del Messi mexicano? ¿Era otro jugador promesa que se diluiría? Los debates sobre su presente y futuro saturaron la programación de los canales deportivos mexicanos.

Lainez fue requerido para jugar el Mundial sub 17 en India y el momento en el que acaparó atención fue en el torneo Esperanzas de Toulon. Allí una variedad de analistas, entre ellos los del Betis, notaron al mexicano galardonado como el mejor futbolista del torneo. Desde México brotaban los rumores que le acercaban al Olympique de Lyon e incluso a la Roma. “Tiene un proceso llegar a Primera División. Su proceso se aceleró. [El riesgo está] en que se pierda el muchacho, que se pierda la familia. No estamos en Argentina, ojalá lleguemos a esos estándares. Aquí hay que acompañarlos poco a poco”, dijo Miguel Herrera, su último entrenador en América, en diciembre pasado.

Lainez, durante su primer partido de Liga. J. Mejía Jam Media/Getty

El millennial Diego Lainez se convirtió en la imagen de la Federación Mexicana de Fútbol. En junio pasado, la FIFA en su congreso otorgó la candidatura del Mundial de 2026 a Estados Unidos, Canadá y México. Y ahí Lainez dio un breve discurso “el fútbol y mi padre me enseñaron respeto y a trabajar duro”, lanzó.

En las últimas convocatorias del seleccionado mexicano sub 20 fue uno de los abanderados. En cuanto cumplió los 18 años, la mayoría de edad en México, empezó a ser la imagen de las marcas publicitarias. En septiembre pasado, debutó en la selección absoluta. En el último semestre Lainez fue crucial en el once del América como atacante por ambas bandas y eso permitió que el conjunto azulcrema ganara la Liga mexicana en diciembre pasado.

La situación de Lainez aparentaba ser la de cualquier otro futbolista despampanante en México: quedarse en su club. Fue el caso de Hirving Lozano, la mayor figura del país, que desde los 18 años empezaba a acumular ofertas de fuera, aunque la directiva del Pachuca esperó tres años a una oferta del PSV Eindhoven. Rafael Márquez hizo las maletas rumbo al Mónaco cuando tenía 20 años, Hugo Sánchez 23 cuando se marchó al Atlético y 21 cuando Javier Chicharito Hernández se enroló en el Manchester United . Lainez se fue con honores del América, respaldado por su directiva que valoró una oferta del Ajax con solo un año y 10 meses después de su debut.

Lainez será el proyecto del mañana del conjunto andaluz, le ofrecieron un contrato por cinco años. “En el club saben que deben tener paciencia, es una apuesta al futuro”, dijo a la cadena Fox Sports Andrés Guardado, el compatriota que se encontrará en el vestidor de Quique Setién. A Diego Lainez, llamado a ser el cabecilla de la nueva generación mexicana, le ha llegado el momento de romper el cascarón.

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