Mi primer crédito

Por: Wolfgang Erhardt

Tener un historial crediticio en Buró de Crédito es un paso muy importante para conseguir un financiamiento. Es como tener un currículo que te permite mostrar y presumir cómo ha sido tu desempeño en el manejo del crédito.

Mi primer crédito… aún lo recuerdo bien… fue una tarjeta de crédito con un límite pequeño pero suficiente. Mi tarjeta me ayudaba a ponerle gasolina al automóvil, pagaba el cine y la cena cuando invitaba a una chica a salir. Luego, cuando me llegaba mi paga me ponía al corriente en mis pagos tratando siempre de ser un totalero o de pagar el mínimo necesario para no generar intereses. Mucho más adelante, con un mejor empleo, compré un coche a crédito; los celulares se volvieron una necesidad y adquirí un plan de pos pago (o sea a crédito); mucho más adelante pedí un crédito hipotecario y una vez instalado en la casa contraté TV de paga. Todos estos créditos y servicios son solo algunos de los que reportan mi comportamiento de pago a Buró de Crédito.

Hoy en día, los jóvenes empiezan a formar sus historiales crediticios de forma distinta, por ejemplo, a través de un plan de telefonía celular o con una tarjeta de tienda departamental, entre otros.

Empezar de joven a manejar un crédito es una muy buena idea, siempre y cuando tengamos conciencia de que su buen o mal uso formará parte de nuestro Reporte de Crédito que es nuestro historial ante el mundo del crédito. Por ello, es importante que conozcamos a fondo el producto que estamos adquiriendo y que hayamos hecho un ejercicio previo de presupuesto para estar seguros de que lo vamos a poder pagar adecuadamente y a tiempo.

Estas primeras experiencias nos ayudarán a formar la llave que necesitaremos para más tarde poder aspirar a otros instrumentos más sofisticados e importantes, como lo es un crédito hipotecario.

Al tener un historial crediticio, generamos antecedentes de pago. Los otorgantes de crédito usan este historial y otros factores para evaluar la conveniencia de otorgar un crédito.

Estos factores pueden ser, por ejemplo, nuestra edad, sueldo, dependientes económicos, capacidad de pago, nivel actual de endeudamiento, etc.

Si no existieran los historiales de crédito, a los otorgantes les sería imposible saber si somos responsables en el uso del crédito; tampoco podrían calcular cuánto prestarnos evitando el sobreendeudamiento, entre otras cosas que implican riesgo.

Lo bueno es que si existen los historiales de crédito en México. En cada Reporte de Crédito que consultan los otorgantes de crédito aparece la información de los financiamientos que el cliente, o cliente potencial, ha tenido en los últimos 6 años. Esta cantidad de tiempo permite tener una perspectiva completa de su desempeño y evita que un detalle menor termine teniendo demasiado peso para determinar si se aprueba o no la solicitud de crédito.

Por ejemplo, si has pagado bien tus créditos o servicios a crédito, pero alguna vez tuviste un retraso de pago, la empresa podrá ver tu trayectoria completa y darse cuenta de que la tendencia dominante es que pagues a tiempo, mientras que los atrasos tienen una importancia secundaria.

Si tu historial crediticio presentara una ventana de tiempo menor, los otorgantes de crédito carecerían de los elementos necesarios para analizar tu solicitud generando riesgos e incertidumbre innecesarios.

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