May aceptaría otro referéndum para que su plan del Brexit sea aprobado

Si Theresa May fuera futbolista o jugadora de baloncesto, luciría en vez de sus elegantes modelos una camiseta con una inscripción motivadora, algo así como “nunca te rindas”, “los milagros existen” o “todo es posible”. Después de tres abultadas derrotas de su acuerdo sobre el Brexit, resulta admirable su perseverancia a la hora de seguir intentando que el Parlamento cambie de idea, y ella pueda pasar a la historia como una primera ministra nefasta, pero que sacó al Reino Unido de la UE como el pueblo quería.

May necesita algo así como una de esas jugadas de cuatro puntos (tiro de tres más falta personal) que hacen James Harden o Stephen Curry en la NBA con el segundero casi a cero. Y a fin de meterla, ofreció ayer a la Cámara de los Comunes una votación para decidir si quiere un segundo referéndum. Con una condición: que antes apruebe la semana del 3 de junio la ley para que Gran Bretaña se vaya de Europa.

Las posibilidades siguen jugando en su contra, y sería una sorpresa que lo consiguiera si se hace caso a las primeras reacciones a su osada iniciativa, que no ha sentado nada bien en las filas conservadoras, sobre todo los partidarios de un Brexit duro, que ven otro referéndum como una traición, lo mismo que una unión aduanera o cualquier aproximación a las posiciones de Jeremy Corbyn, el líder de la oposición. Pero la premier ha cambiado de estrategia. Ante la incapacidad de obtener el apoyo de su propio partido, ha optado por apelar directamente a los diputados del Labour.

Los comunes habrían exigido igualmente votar sobre otro posible referéndum

Para ello, además de la posibilidad de otro referéndum, ha prometido asumir todas las leyes europeas de medio ambiente y derechos de los trabajadores, y les ha ofrecido escoger entre su acuerdo tal y como está actualmente, y una unión aduanera temporal con la UE hasta la celebración de elecciones generales, y que el próximo primer ministro decida el curso a seguir.

Paralelamente, en un discurso en Londres para presentar su new deal con un programa de diez puntos, May ha garantizado a los ultraconservadores unionistas del DUP norirlandés (sus socios informales de coalición) que en la legislación del Brexit figurará la “obligación” de que el gobierno “encuentre” alternativas tecnológicas para la vigilancia de la frontera del Ulster, de modo que no sea necesaria la entrada en vigor del llamado backstop (alineamiento aduanero entre el Reino Unido y la UE). Y ha asegurado que no habrá divergencia entre las tarifas de Gran Bretaña y las de Irlanda del Norte, para que nadie tema un acercamiento a la República.

La premier ofrece aceptar la ley europea en materia laboral y de medio ambiente

La oferta de May sobre un segundo referéndum y una unión aduanera es un poco tramposa, porque los diputados laboristas habrían presentado en cualquier caso esas cuestiones a votación. Y sobre todo porque no resuelve la cuestión fundamental de que le quedan unas pocas semanas en el poder, un nuevo líder tory (y primer ministro) será probablemente elegido durante el verano, y todo apunta a que será un brexiter duro que intentaría tirar por tierra todos los compromisos de su predecesora, y renegociar con Bruselas. Un camino que, salvo un cambio inesperado en la estrategia de la UE, llevaría probablemente a elecciones generales en el otoño.

“El punto muerto en que se encuentra el Brexit tiene un efecto corrosivo sobre el debate político. Sólo nos queda una última oportunidad de implementar el resultado del referéndum, y debemos aferrarnos a ella. La nueva oferta es una concesión por mi parte, ahora espero que el Parlamento responda de la misma manera”, exhortó May.

Reconoció que su plan morirá si es rechazado por cuarta vez, y que se entrará en un rumbo lleno de peligros con cuatro desenlaces posibles: una salida por las bravas sin acuerdo, la cancelación del Brexit, un segundo referéndum y elecciones generales. La primera opción ha sido rechazada repetidamente por los Comunes, y ninguna de las otras tres agrada a los conservadores, ya sea porque significan la no implementación de la salida de Europa, o porque temen ser barridos en unos comicios. En las municipales sufrieron un espectacular batacazo, y todo apunta a que será aún mayor en las europeas de mañana.

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