Primera misa en Notre Dame

El arzobispo de París, monseñor Michel Aupetit, presidirá este sábado, a las 6 de la tarde, la primera misa en la catedral de Notre Dame desde el incendio de hace dos meses. Será una ceremonia muy restringida, para una treintena de personas, la mitad eclesiásticos, y todos llevarán casco. Se trata de un hecho de fuerte simbolismo para mostrar a los fieles que “Notre Dame está muy viva”, según el rector del templo, Patrick Chauvet.

La misa tendrá lugar en la capilla de la Virgen, detrás del coro, lugar donde estaba ubicada la corona de espinas de la Pasión, una de la reliquias más valiosas de Notre Dame, que fue puesta a salvo por los bomberos durante la noche del incendio. Además de Aupetit y Chauvet, participaran los canónicos de la catedral, algunas de las personas que trabajan en las obras, voluntarios y una mínima representación de laicos de la diócesis de la capital. El oficio religioso será retransmitido en directo por el canal católico KTO.

(Phil Noble / Reuters)

La elección de la fecha se debe a dos circunstancias. Se cumplen exactamente dos meses del siniestro, que destruyó la estructura de madera bajo el tejado, así como la aguja que se elevaba al cielo. El día 16 es el aniversario de la consagración del altar.

El ministro de Cultura, Franck Riester, durante una entrevista en la cadena France 2, ha advertido que Notre Dame se halla en una situación “todavía frágil”. La zona más crítica es la bóveda. “Puede aún derrumbarse”, avisó el ministro.

Hasta ahora se han efectuado trabajos de consolidación y para garantizar que la catedral no sufre más daños. Se han retirado los vitrales y algunas estatuas, se han asegurado zonas amenazadas de derrumbe, como los frontones laterales y se ha cubierto el área del tejado para evitar que penetre el agua de la lluvia. La modalidad precisa de reconstrucción está por decidir. El Parlamento debe aprobar una ley, pero hay divergencia de opiniones sobre la filosofía del proyecto. La posibilidad de una anulación excepcional de las normas urbanísticas, medioambientales y de respeto del patrimonio genera controversia.

El rector de la catedral de Notre Dame, Patrick Chauvet
El rector de la catedral de Notre Dame, Patrick Chauvet (Thomas Samson / AFP)

La idea de construir una pequeña “catedral temporal”, de madera, en la explanada frente al templo, lanzada por Chauvet poco después del incendio, aún no se ha plasmado. Plantea dificultades logísticas y de seguridad de envergadura al ser un solar en obras por el que deben pasar operarios, vehículos y material. Tampoco ha prosperado, de momento, un proyecto más modesto de instalar un santuario para la Virgen, en una tienda de campaña, para acoger a los peregrinos. Además, el terreno debe ser totalmente descontaminado, pues varios centenares de toneladas de plomo de la aguja y del tejado se volatizaron con el fuego y suponen un riesgo.

En plena conmoción por el desastre, hubo un alud de promesas de donaciones para sufragar la reconstrucción del templo. Aquel entusiasmo se ha enfriado. Según ha revelado la cadena France Info, de los 850 millones de euros que se habían comprometido, sólo se han pagado 80 millones, es decir, menos del 10% del total. La mayor parte del dinero procede de particulares, a través de cheques y transferencias bancarias. Los donantes más importantes, como las familias de los empresarios Arnault y Pinault, que ofrecieron entre ambas 300 millones de euros, aseguran que irán pagando poco a poco, en función de la evolución de las obras y de las necesidades financieras. No quieren entregar con antelación al Estado unas sumas tan elevadas.

(Michel Euler / AP)

Son varios los entes receptores de las donaciones: la Fundación de Francia, la Fundación para el Patrimonio, la Fundación Notre Dame y el Centro de Monumentos Nacionales. El Estado quiere asumir el papel de coordinación del proyecto, asegurando que el dinero se destina al buen fin y que, si existe excedente, se usa para restaurar otros bienes del patrimonio francés que necesitan de actuaciones urgentes.

Algunos donantes de primera hora, como ayuntamientos o particulares, han dado ya marcha atrás al comprobar que las promesas de ayuda eran tan elevadas. Las fundaciones interesadas estiman, sin embargo, que estas retractaciones sólo llegan a alrededor de un millón de euros, en total, una suma residual ante el volumen tan grande de donaciones potenciales.

El incendio de Notre Dame, con las imágenes impactantes que retransmitía en directo la televisión, fue un golpe emotivo fuerte para el alma francesa, no sólo para los católicos, a pesar de que no hubo víctimas. Muchos ciudadanos tuvieron la impresión de que era la historia de Francia la que ardía, en el corazón de París. El siniestro ha servido para reflexionar sobre las profundas raíces cristianas, una realidad que convive con la tradición laicista. Algún partido político, como Los Republicanos (LR, derecha), aludió al incendio de Notre Dame, con frecuencia, durante la pasada campaña de las elecciones europeas. Pero esos llamamientos identitarios a los católicos no se tradujeron en votos. LR obtuvo un resultado desastroso, apenas el 8,5% de los sufragios.

VAN

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