O Neymar o Dembélé

La operación retorno de Neymar está sobre la mesa de la secretaría técnica del Barcelona, y entre los numerosos condicionantes que plantea –de carácter económico, deportivo, actitudinal y sentimental– figura uno incontestable. Los técnicos opinan que el brasileño es incompatible con Dembélé, consideran que sería una duplicidad innecesaria y perjudicial y, en consecuencia, vinculan de forma ineludible la eventual incorporación de Neymar a un traspaso del francés. No hay sitio para los dos delanteros en el Camp Nou.

Con todas las dificultades que conlleva, el regreso de Neymar a Barcelona después de dos aciagas temporadas en París es una posibilidad factible y bastante deseada en la plantilla blaugrana. “No sé si volverá o no. Si vuelve se le acogerá con los brazos abiertos porque es un grandísimo jugador y cuando estuvo nos ayudó muchísimo. Por mí, ojalá vuelva”, manifestó en este sentido Denis Suárez.

La cuestión es que el rendimiento deportivo de Dembélé en dos años, irregular y muy condicionado por las lesiones, no es equiparable al que ofreció Neymar. El francés se ha convertido en un futbolista anónimo y el club considera que no ha progresado deportivamente ni ha madurado desde el punto de vista personal. Sus funciones, su estilo, su radio de actuación, incluso su complexión física, son tan similares a las del delantero brasileño –aunque cualitativamente se sitúa en una escala sensiblemente inferior– que los técnicos no creen que puedan jugar juntos. Y tener en el banquillo a uno de estos dos cotizadísimos futbolistas no es una alternativa razonable.

Cuando estuvo, Neymar nos ayudó muchísimo; por mí, ojalá vuelva”

Denis Suárez

Neymar accedió al estrellato desde Barcelona y entre los argumentos que avalan su regreso figura el hecho de que con 27 años está a tiempo de reconducir su carrera al lado de Messi. Siempre y cuando, evidentemente, su problemática conducta fuera de los terrenos de juego no interfiera en su rendimiento. Incluso en eso Dembélé parece una réplica a escala del brasileño. Sancionado por una reiteración de actos de indisciplina, culminada con la falta de asistencia en un entrenamiento, en el club empiezan a pensar que el atacante de Vernon es incorregible. Ha mejorado, dicen, en los últimos dos años, pero no suficientemente y siguen existiendo excentricidades en su vida personal y un exceso de laxitud en su dieta. Dormir en el suelo de forma habitual no parece una práctica muy recomendable para un deportista de alto rendimiento a no ser que te llames Kilian Jornet y pernoctes en un campo base.

Si el sonado fichaje de Neymar por el PSG resultó traumático para el Barça, una hipotética salida de Dembélé no causará ni frío ni calor en las estructuras de mando del club aunque se trate del segundo fichaje más caro de su historia (105 millones más 45 en variables).

Teniendo en cuenta la opinión de la secretaría técnica, los dirigentes verían ideal que, si llega a cumplirse la interminable lista de condiciones para que Neymar pudiera volver al Camp Nou, Dembélé se convirtiera en moneda de intercambio con el PSG. De otra forma el club debería buscar un destino para el francés y formalizar un traspaso lo menos ruinoso posible, misión que se antoja casi tan complicada como la de que Neymar participe en el próximo Joan Gamper y desista de asistir a los próximos carnavales de Río de Janeiro.

VAN

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