Deshonor a un presidente: Trump, reprobado por el Congreso

“¡Recen por mí!”, pidió Donald Trump a los estadounidenses por Twitter unos minutos antes de que el pleno de la Cámara de Representantes se reuniera para tomar una de las decisiones más trascendentales que puede adoptar el Congreso: la impugnación y recomendación de destituir al presidente del país. “¡No he hecho nada malo!”, insistió.

La suerte estaba echada para Trump. Con 230 votos a favor y 197 en contra (todos los republicanos, más dos demócratas), la Cámara Baja aprobó anoche su impeachment o reprobación por abuso de poder, un proceso excepcional desencadenado por la difusión de su conversación con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, a quien pidió el “favor” de anunciar investigaciones dañinas para sus rivales políticos, así como las gestiones paralelas de su abogado, Rudy Giuliani, con idéntico objetivo.

“Un día triste para América”

Nancy Pelosi y otras demócratas se vistieron de negro para mostrar su pesar

“No nos ha dejado opción”, defendió la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en la apertura de la histórica sesión, recordando el significado del juramento de fidelidad a la bandera que prestan todos los cargos oficiales. “Nadie llega al Congreso para impugnar al presidente”, pero “si no actuamos ahora, estaremos faltando a nuestras obligaciones”, recalcó la demócrata, que dio por “probado” que Trump “violó la Constitución”, “amenazó nuestra seguridad nacional y la integridad de nuestras elecciones” y cometió “ofensas dignas de un impeachment”.

En un signo más de la aguda polarización que padece el país, el acuerdo con los republicanos sobre la naturaleza de las acciones del presidente ha sido absolutamente imposible. Ni uno solo de sus congresistas apoyó el proceso. “Era sólo cuestión de tiempo que nos encontráramos aquí”, replicó a Pelosi el republicano Doug Collins, azote de los demócratas en este proceso, que considera viciado en origen. “¿Por qué dicen que es una ocasión solemne si es algo que querían hacer desde el principio?”, insistió, sin valorar los hechos en sí. “Una vendetta personal” para intentar cambiar el resultado de las elecciones del 2016, “una vergüenza”, “una farsa”, resumieron otros republicanos. “Todo lo que oigo son quejas sobre el proceso, pero ninguna defensa de las acciones del presidente, porque no puede haberla”, replicó Jerrod Nadler, presidente del comité judicial, que redactó las acusaciones.

Incredulidad republicana

Collins: “¿Por qué tanta solemnidad si querían hacer esto desde el principio?”

El debate, que se prologó casi nueve horas, fue más bien una serie de declamaciones –cientos– sin aspiración alguna de convencer a la otra parte in extremis de sus argumentos. La acusación a Trump de abuso de poder sostiene que el presidente norteamericano presionó a Zelenski con la suspensión de casi 400 millones en ayuda militar, que necesita para su guerra con Rusia, y una invitación a la Casa Blanca para obtener un beneficio político y personal, acciones con las que puso en peligro la seguridad nacional de EE.UU. Este cargo fue aprobado por 230 votos a favor (todos demócratas, salvo por un congresista independiente procedente del Partido Republicano) y 197 en contra, más una abstención. Pelosi lanzó una mirada asesina a la bancada republicana para evitar que el resultado fuera resultado con aplausos o vítores.

El segundo cargo, obstrucción al Congreso, se sustenta en su negativa a colaborar con la institución, que no ha podido acceder a numerosos documentos ni a testigos clave y recibió un apoyo muy similar, 229 votos a favor y 198 en contra. Aprobadas las acusaciones contra Trump por el pleno de la Cámara Baja, el caso pasa al Senado, donde se celebrará el juicio en sí y se decidirá qué castigo merece el presidente. Los republicanos tienen suficientes votos para que, salvo sorpresa mayor, su sentencia sea absolutoria y Trump se libre de la destitución. El líder republicano en esta cámara, Mitch McConnell, ha avisado que no será “imparcial”.

Aunque el Ucraniagate ha aumentado el apoyo al impeachment entre los votantes demócratas, no ha alterado la opinión de los republicanos. “No creo que haya habido abuso de poder. Históricamente, si miras los cargos de los que se acusa a Trump, se podría haber impugnado a todos los presidentes. No me gusta lo que está haciendo el Congreso”, afirma Dave Lewis, republicano moderado de Harrisburg (Pensilvania), votante de Trump.

“Hay pruebas abrumadoras de que Trump cometió crímenes y extorsionó a Zelenski para conseguir ayuda electoral y eso no es aceptable”, aseguraba ayer, igual de convencida, Gayle Murphy, una residente de Washington que acudió a manifestarse frente al Congreso a favor del impeachment. “Si el Senado no pide cuentas a Trump, los americanos van a enfadarse mucho y esto va a perjudicar seriamente a los republicanos en el 2020”, aventuraba. El jolgorio de la explanada del Capitolio y manifestaciones similares celebradas en otros puntos del país contrastaban con el ambiente dentro del Congreso. Varias demócratas se vistieron de negro para mostrar su pesar por el momento histórico, entre ellas, Pelosi, que lo consideró “un día triste para Estados Unidos”.

El deshonor del impeachment estará en la primera línea del epitafio político de Trump, pero él confía en que los historiadores escriban también que, a pesar de ello, el pueblo americano le reeligió en el 2020. Pase lo que pase “hablará de su impeachment hasta su último aliento”, comenta John Hudak, analista de Brookings Institution.

Vanguardia

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