Los demócratas envían al Senado las acusaciones para destituir a Trump

El juicio contra Donald Trump puede comenzar. Después de semanas de bloqueo, los demócratas eligieron ayer a sus representanes para defender ante el Senado que el presidente merece ser destituido por abuso de poder y obstrucción al Congreso por el escándalo de presiones a Ucrania y dieron al fin luz verde al envío de las acusaciones contra el presidente aprobadas por el pleno de la Cámara Baja el pasado mes de diciembre.

El Washington político está enamorado de las tradiciones y, lejos de cumplir con el trámite de transmitir los cargos contra Trump por vía electrónica o mediante los servicios de un ujier, la Cámara Baja aplicó toda la pompa y circunstancia prevista para estas ocasiones. Los artículos viajaron anoche desde los pasillos de la Cámara de Representantes, en el extremo sur del Capitolio, al Senado, “en procesión”, atravesando el salón de las Estatuas y su imponente Rotonda, después de ser firmados por la speaker, la demócrata Nancy Pelosi. La solemne marcha fue encabezada por los siete congresistas que ejercerán de fiscales en el juicio.

Pompa y circunstancia

Washington está enamorado de las tradiciones: los cargos viajaron “en procesión”

Será la tercera vez en la historia del país que un presidente se enfrenta a semejante trance pero la ocasión ha suscitado una atención moderada entre la ciudadanía. “Es como un partido de fútbol en el que todo el mundo sabe de antemano cuál va a ser el resultado”, como dijo en su día el candidato presidencial demócrata Andrew Yang. El juicio, que tendrá lugar en el Senado, dará comienzo el próximo martes y se prolongará varias semanas. Trump confía con razón en salir absuelto y enmendar el texto de su epitafio político para que en él conste no sólo que sufrió un impeachment si no que, a pesar de ello, fue reelegido.

“No puede haber mayor contraste entre que lo que estamos haciendo ahora mismo aquí y lo que está ocurriendo en la avenida de Pensilvania”, protestó el líder de la minoría republicana en la Cámara Baja, Kevin McCarthy, durante el debate previo al voto sobre el envío de los cargos del presidente, en alusión a la ceremonia de firma de la tregua comercial entre Estados Unidos y China que ayer tuvo lugar en la Casa Blanca. La decisión salió adelante por 227 votos a favor y 193 en contra, todos republicanos.

Ucraniagate

Nuevos documentos sugieren que la exembajadora en Kíev estuvo bajo vigilancia

Pelosi ha retenido las acusaciones contra el presidente durante casi un mes como método de presión para que los republicanos accedieran a aceptar que se pueda llamar a testigos a declarar durante el juicio, en un último intento de tener acceso a personas cercanas al presidente cuya comparecencia fue vetada por la Casa Blanca. No hay garantías de que vaya a ser así pero la maniobra ha conseguido abrir el debate y que varios senadores republicanos apoyen sus peticiones, si bien a costa de descastar su argumento de que era urgente actuar contra el presidente para impedir que siguiera abusando de su poder como hizo, según el informe del impeachment , en sus contactos con Ucrania para favorecer su campaña de reelección.

El detonante del procedimiento fue una queja interna sobre el contenido de una llamada de Trump al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en julio del 2019 en la que le pedía explícitamente el favor de investigar los negocios en el país de un hijo del exvicepresidente Joe Biden, su posible rival en el 2020, entre otras teorías sobre la injerencia rusa en las elecciones del 2016 que los servicios de inteligencia y la diplomacia estadounidenses han descartado por fantasiosas.

Los demócratas han publicado nueva documentación obtenida recientemente en el marco de su investigación, que también sacó a la luz la existencia de una serie de maniobras paralelas en Kíev del abogado personal del presidente, Rudy Giuliani, para conseguir que la justicia ucraniana reabriera ciertas investigaciones, así como una campaña de presión por parte de ciertos funcionarios ucranianos para destituir a la embajadora de EE.UU. en el país, Marie Yovanovitch.

Documentos hasta ahora no conocidos sugieren que Yovanovitch, una prestigiosa diplomática que finalmente fue enviada de vuelta a Washington sin más explicaciones la pasada primavera, estaba bajo vigilancia en Kíev. Así se desprende del intercambio de mensajes entre Lev Parnas, un socio de Giuliani recientemente detenido, y un donante republicano con aspiraciones políticas, Robert Hyde, huésped frecuente de los clubs de golf del presidente. Este y otros documentos, como una nota manuscrita en la que se lee la instrucción de conseguir que Zelenski anunciara la apertura de ciertas investigaciones, indican que “el presidente ha ocultado” las “pruebas” que había de sus planes, aseguró Adam Schiff, presidente del comité judicial de la Cámara Baja, que ejercerá de fiscal en el juicio del Senado.

Vanguardia

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