¡Me dejó en visto!

Por: Daniel Rangel

El alboroto por saber que el otro dejó en visto un mensaje ya no es novedad; sin embargo, sigue teniendo un impacto silencioso no solo en quien envía el mensaje, sino en la dinámica de interacción entre ambas partes.

Tal vez puede parecer insignificante, y podría serlo en varios casos, pero en otros tantos podría ser el empellón que encienda los humos y cambie la relación.

HAY DE PLÁTICAS A PLÁTICAS

No es lo mismo ‘whatsapear’ para socializar y ponerse al día, que para quedar de acuerdo para un trabajo o para confirmar una cita.

En el primer caso, la fluidez de la interacción puede disminuir por diversas causas: el tipo de respuestas que se dan, el tedio por socializar por ese medio, la cantidad de mensajes de diferentes personas…; al grado de secar y terminar la plática.

Ya que no hay información importante y urgente que se necesite de ese chat, podría dar igual dejarlo a medias. El curso de esos chats está destinado a ser breve.

En el segundo caso, la diferencia está en que una parte depende de la otra para realizar una actividad en común o las propias actividades.

Digamos que M necesita confirmar la asistencia a una reunión a las 18 h con Z, pero este deja en visto el mensaje y con incertidumbre a M; esa desatención sin duda será ofensiva: mientras M ya organizó su día para esa actividad, Z decidió hacer nuevos planes dejando en la fregada a M y los planes que ya tenía con ella.

LA FALTA DE RESPUESTA ES UN CLARO «NO»

Para muchas personas decir NO es un gran problema, tan así que terminan accediendo a ofrecimientos indeseados por su incapacidad para negarse. Aunque la interacción virtual tiene la ventaja de mantener una barrera en sentido físico y psicológico como para soltarse y ser más libertino, aun así decir «no puedo / podré», «no quiero» no es tan fácil, pues sugeriría un disgusto y enfrentarse a la ira y/o reprensión del otro.

Dejar en visto es una respuesta de fuga que evita de manera momentánea y fácil un altercado. Naturalmente, la gente necesita tener certeza, sobre todo cuando la respuesta del otro es necesaria para organizarse, para saber que no se está siendo ignorado y no quedar como un estúpido.

Mejor es decir: ¿podemos posponer la reunión? / ya te leí, ahorita te respondo / me salió un contratiempo; que dejar sin responder. Ignorar es menospreciar la importancia del otro.

JUECES DE LO QUE NOS MOLESTA

Ya que el ser ignorado puede interpretarse como una falta de respeto y atención, la mente sabia llama a honrar la valía personal. Todo aquello que nos insulta se responde conforme al dolor infligido; cada uno es, pues, el juez que determina la sanción del culpable.

En palabras conocidas, es un ojo por ojo, y diente por diente, pero cada uno lo responderá a su manera.

Por otro lado, hay gente cuya personalidad está envuelta en un alto ego y no está dispuesta a “perder” ni a ser la “parte débil”, así que hará lo necesario con tal de no ser el trapo de alguien, es decir, de que hagan con él/ella lo que quieran, incluso en algo como ser dejado en visto.

Lo interesante es cuando su contraparte es igual, porque se inicia un juego de poder: a ver quién «truena sus chicharrones más fuerte».

A estas alturas muchos cuestionarán: No, Daniel, yo no soy así, bueno, nomás a veces, pero no…

Calmantes montes, el siguiente punto lo aclarará.

¿POR QUÉ NO TODOS LOS MENSAJES DEJADOS EN VISTO MOLESTA?

Porque depende de dos aspectos principales: de la expectativa que se tiene del otro con respecto a la interacción y de la constancia con que lo hacen –es jodidamente tedioso recibir la misma cucharada una y otra vez.

Digamos que le comentas una historia en WhatsApp a alguien: «Qué chido te quedó tu tatuaje!». Si la intención solo fue halagar, estará de sobra una plática; lo más probable es que te agradezca y/o dé Like y termine el chat sin disgustos.

Ahora digamos que la intención es usar ese primer mensaje para iniciar una plática, solo que lo ve, pero no responde, y encima notas que con frecuencia sube más historias y está en línea.

Es probable que sientas cierta molestia. Y si esto fuera frecuente podría modificarse la percepción sobre esa persona, y la forma de interactuar y la relación se vería afectada por estas… ¿pequeñeces?

¿Por ejemplo? Es su cumpleaños y piensas: «¿Para qué la felicito?, si nunca responde los mensajes». A su vez, esa persona podría pensar: «¡Qué gacho, ahora no me felicitó!», y responder ante esto. Así, poco a poco la relación va cambiando sutilmente.

Por muy social o informal que sea el chat, si se cumplen los criterios mencionados al inicio de este apartado, casi con seguridad causará cierto disgusto.

EN CUALQUIER CASO…

Dejar en visto con toda la intención o sin ella, traerá consecuencias que dependerán del tipo de plática, del tipo de relación que se tiene entre las partes, de la neurosis del afectado, de la inmadurez, de la actitud con que se hace, del estado anímico, entre otros elementos.

Ser atento es importante en aspectos informales como al socializar, pero también en aspectos formales como cuando verás a tu dentista, psicólogo, nutriólogo… Cualquier persona responderá ante las desatenciones.

Donde alguien ve algo insignificante, otros ven lo relevante. Si es esencial contactar al otro, prueba otras formas, no te limites a un mensajito.

Ci vediamo!

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