CIUDAD DE GAZA, Franja de Gaza (AP) — Rondas de cohetes salían desde Gaza mientras Israel bombardeaba el territorio el miércoles por mañana, en el estallido de violencia más grave desde la guerra de 2014. El calibre de las hostilidades y la falta de un final claro recordaban al devastador conflicto de 50 días de hace siete años.
Los gobernantes de Hamas en Gaza y otros grupos armados han lanzado cientos de cohetes, que en ocasiones han sobrepasado las defensas antimisiles israelíes. El sonido de las sirenas antiaéreas y las explosiones llegó hasta Tel Aviv, la zona metropolitana más grande de Israel, y otras ciudades.
Los ataques aéreos israelíes han derribado dos torres de apartamentos en la Franja de Gaza, donde dos millones de palestinos viven bajo un asfixiante bloqueo de Israel y Egipto desde que Hamas tomó el poder del territorio en 2007. Los disparos de advertencia permitieron evacuar a los civiles de los edificios, pero los daños materiales serán inmensos. Israel fue muy criticada por emplear esa táctica durante la guerra de 2014.ADVERTISEMENT
Justo después del amanecer del miércoles, Israel realizó docenas de ataques aéreos en unos pocos minutos contra instalaciones policiales y de seguridad, según testigos. Una gran humareda gris se alzó sobre Ciudad de Gaza. El Ministerio del Interior, gestionado por Hamas, dijo que los bombardeos habían destruido el cuartel general de la policía en Ciudad de Gaza, un complejo con varios edificios.
La cifra de muertos en Gaza subió el miércoles a 43 palestinos, incluidos 13 niños y tres mujeres, según el Ministerio de Salud. Casi 300 personas resultaron heridas, incluidos 86 niños y 39 mujeres. Seis israelíes, incluidas tres mujeres y un niño, murieron entre el martes y la madrugada del miércoles por fuego de cohetes, y docenas de personas resultaron heridas.
Un periodista de Associated Press en un hospital en Ciudad de Gaza vio cinco muertos y siete heridos, entre los que había mujeres, de un ataque aéreo israelí que alcanzó a un auto en la ciudad.
Milicianos en Gaza mataron el miércoles a un israelí e hirieron a dos al lanzar un misil antitanque al otro lado de la frontera. Los dos heridos fueron evacuados bajo fuego enemigo, indicó Eli Bein, director del servicio de emergencias Magen David Adom. En un primer momento no estaba claro si eran soldados o civiles.
Los milicianos han lanzado más 1.050 cohetes desde que comenzó el conflicto, según el Ejército israelí, de los que 200 se quedaron cortos y cayeron dentro de Gaza. El Ejército también derribó un dron que llegó a Israel desde Gaza, dijo el teniente general Jonathan Conricus, portavoz militar. Se enviaron dos brigadas de infantería a la zona, lo que apuntaba a preparativos para una posible invasión por tierra.
Samah Haboub dijo que en un “momento de horror”, un ataque aéreo contra una torre de apartamentos contigua la había arrojado al otro extremo de su habitación. Ella y sus cuatro hijos, de entre tres y 14 años, corrieron por la escalera de su bloque de apartamentos con otros vecinos, muchos de los cuales gritaban y lloraban.
“No hay casi ningún lugar seguro en Gaza”, dijo.
La destrucción de torres de apartamentos es una de las estrategias empleadas en la guerra de 2014 que ahora investiga la Corte Penal Internacional como posibles crímenes de guerra. Israel no forma parte del tribunal y ha rechazado la pesquisa.
En un breve comunicado, la fiscal de la CPI Fatou Bensouda dijo ver “con gran preocupación” la escalada de la violencia en la región y “la posible comisión de crímenes según el Estatuto de Roma” que estableció la corte.
Conricus señaló que las fuerzas israelíes tienen estrictas normas de combate y siguen las leyes internacionales sobre conflictos armados. “Definitivamente somos muy conscientes de las bajas civiles en Gaza y queremos minimizarlas”, dijo. “Esa es la prioridad”.
El nuevo estallido de violencia comenzó hace un mes en Jerusalén, donde las agresivas tácticas policiales durante el mes sagrado musulmán del Ramadán y la amenaza de desahucio de docenas de familias palestinas a instancias de colonos judíos provocaron protestas y choques con la policía. Un foco de tensión fue el complejo de la Mezquita de Al Aqsa, un lugar sagrado para judíos y musulmanes.
Israel y Hamas han librado tres guerras desde que el grupo islamista arrebató el control de Gaza a fuerzas palestinas rivales en 2007. Los conflictos terminaron después de que potencias regionales e internacionales convencieran a ambas partes de que aceptaran una tregua informal.
Pese a las condenas generalizadas a la violencia, no había indicios de que ningún bando estuviera dispuesto a ceder. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha prometido expandir la ofensiva y dijo que “esto tomará un tiempo”.
Aun así, había intentos diplomáticos de intervenir, con Qatar, Egipto y Naciones Unidas trabajando para conseguir un cese el fuego.
La inestabilidad en Jerusalén se ha extendido a todo Israel, con un auge de la violencia entre grupos en comunidades con población árabe y judía, y Hamas ha convocado una intifada, o insurgencia. La última intifada también comenzó con violencia en la Mezquita de Al-Aqsa, en 2000, y duró más de cinco años.
Con información AP