Después de abusos y atrocidades a indígenas por parte de los sacerdotes católicos y verse descubiertos piden perdón
“Nosotros, los obispos católicos de Canadá, expresamos nuestro profundo remordimiento y ofrecemos una disculpa inequívoca”, dijeron desde la cúpula de la iglesia canadiense. Sin embargo, muchos grupos autóctonos esperan otro gesto simbólico, esta vez del pontífice, de quien han pedido repetidamente una disculpa presencial en Canadá. Francisco recibirá a una delegación indígena en diciembre.
La Iglesia Católica de Canadá emitió una disculpa formal a los pueblos indígenas tras el descubrimiento en los últimos meses de más de 1.000 tumbas cerca de antiguos internados, aunque activistas de DD.HH. aún esperan un mea culpa del papa Francisco, considerado crucial para el proceso de reconciliación.
“Nosotros, los obispos católicos de Canadá, expresamos nuestro profundo remordimiento y ofrecemos una disculpa inequívoca”, dijeron.
También reconocieron “el sufrimiento vivido en los internados” y los “graves abusos cometidos por algunos miembros” de la comunidad católica.
“Muchas comunidades religiosas y diócesis católicas han servido en este sistema que ha llevado a la supresión de las lenguas indígenas, la cultura y la espiritualidad, sin respetar la rica historia, las tradiciones y la sabiduría de los pueblos indígenas”, admitieron.
La declaración también reconoce el “trauma histórico y actual, así como el legado de sufrimiento y los desafíos que continúan hasta el día de hoy para los pueblos indígenas”.
En total, este verano se encontraron más de 1.000 tumbas sin marcar cerca de los antiguos internados católicos para niños indígenas, poniendo el foco sobre una página oscura de la historia canadiense y su política de asimilación forzada de las Primeras Naciones.
Unos 150.000 niños nativos americanos metis y inuit fueron reclutados a la fuerza en 139 internados de este tipo en todo el país, donde fueron aislados de sus familias, idioma y cultura.
Muchos de ellos fueron sometidos a maltratos y abusos sexuales, y más de 4.000 murieron, según una comisión de investigación que calificó la práctica como un verdadero “genocidio cultural”.
En los últimos meses, los macabros descubrimientos causaron indignación e ira en el país.
Simbólicamente, la bandera canadiense en la Torre de la Paz, Ottawa, permanece a media asta para rendir homenaje a los niños indígenas, después de que a finales de mayo se descubrieran los restos de 215 niños en Kamloops, en la Columbia Británica.
Con información La Tercera