“El Ingeniero” fue apodado así no por una causa fortuita o ajena a la profesión. Su padre, Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, le negó la posibilidad de incursionar desde joven en el negocio del narcotráfico y en su lugar lo mandó a estudiar a Suiza y Españ
El 2 de abril de 2009 la detención de un narcotraficante que no pasaba de los 35 años llamó la atención de las autoridades. Y es que, al igual que la aprehensión un mes antes de Vicente Zambada Niebla, hijo del “Mayo” Zambada, aquel treintañero que las autoridades tenían enfrente no cumplía con el clásico estereotipo del narcotraficante mexicano.
No llevaba botas vaqueras ni sombrero. Tampoco vestía una camisa con estampado garigoleado. Vicente Carrillo Leyva, también conocido como “El Ingeniero”, llevaba un conjunto de pants de la marca Abercrombie & Fitch, estaba bien peinado y llevaba unos lentes que le daban la apariencia de ser una persona preparada y con estudios.
No era solo la apariencia. “El Ingeniero” fue apodado así no por una causa fortuita o ajena a la profesión. Su padre, Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, le negó la posibilidad de incursionar desde joven en el negocio del narcotráfico. En su lugar lo mandó a estudiar a Europa la carrera de Ingeniería Electrónica en universidades de Suiza y España.
Después de que Amado Carrillo falleciera el 4 de julio de 1997 en un hospital de la capital mexicana tras una operación estética fallida para modificar su rostro, su esposa Candelaria Leyva le pidió a su hijo Vicente que disputara la millonaria herencia de su padre. Fue entonces cuando “El Ingeniero” se dedicó a recuperar hasta una decena de casas a título de prestanombres, así como el dinero que su padre había escondido en cajas de seguridad.
Amado Carrillo Fuentes, en una de las pocas fotos que se conocen de su juventud
En cuestión de meses, Carrillo Leyva logró juntar hasta USD 7 millones que su progenitor había escondido en diversas casas y departamentos. Precisamente fue al interior de una casa ubicada en Hermosillo, Sonora, donde Carrillo Leyva encontró USD 400 mil ocultos en una caja fuerte debajo de unas escaleras. A ello se sumó el dinero que consiguió tras vender tres de las viviendas recuperadas.
Todo lo recuperado lo repartió entre su madre y hermanos. La parte que le tocó a “El Ingeniero”, aproximadamente USD 1 millón, la cambió a pesos mexicanos y la depositó en varias cuentas creadas por él y su esposa con identidades falsas. Por esa razón, según constó en el expediente judicial, se le sentenció a siete años y seis meses de cárcel por el delito de lavado de dinero.
“Es evidente que los recursos que fueron depositados en las cuentas tienen su origen en el narcotráfico, lo que se advierte al seguir la ruta del dinero, cuya fuente última se evidencia como el narco”, se leyó en la sentencia.
En junio de 2018, tras cumplir su condena, “El Ingeniero” abandonó el penal de Occidente, en el estado de Jalisco. Sin embargo, tan solo dos meses después, el 23 de agosto del 2018, fue detenido nuevamente mientras circulaba con su chofer por la avenida Presidente Masaryk y Mariano Escobedo.
Vicente Carrillo Leyva “El Ingeniero” fue detenido en 2009 y se le conoció como uno de los primeros narcojuniors (Foto: Archivo)
Pese a que fue reconocido por los oficiales, estos le dejaron ir, presuntamente, a cambio de un soborno millonario. No tenía orden de captura, pero el hecho de haberse identificado como Andrés Favela Vega, era suficiente para ponerlo a disposición. Desde aquel entonces se desconoce su paradero.
El Cártel de Juárez, basado en la ciudad del mismo nombre en el estado de Chihuahua, cercana a la frontera de Estados Unidos, quedó al frente de sus hermanos César (asesinado en 2020) y Juan, de acuerdo con el sitio InSight Crime, una organización especializada en el análisis de temas relacionados con seguridad y narcotráfico.
Actualmente el cártel opera como un jugador regional. Buena parte de su brazo armado, “La Línea”, quedó demolido entre 2010 y 2011, con la detención de el “Diego”, su cabecilla. La muerte de César Carrillo Leyva, “El Cesarín”, pudo ser ordenada por otros narcojuniors, “Los Chapitos”, quienes son hijos del fundador del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo “ Guzmán Loera.
Con información de Infobae
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