Por: Daniel Rangel
Por el título osarás adivinar de qué va el tema: que los golpes no son buenos para educar, bla bla; pero no, mis amigos, eso ya lo oímos siete mil y una veces. Hoy vengo a hablar de otros aspectos que no se suele hablar en relación a estos conceptos.
DEGENERACIÓN A GENERACIÓN
Cuando era pequeño recuerdo que ya se nos enseñaba a defendernos contra los adultos abusivos diciéndoles que se les acusaría con Derechos Humanos. Las generaciones del presente más antiguas, e incluso las que las anteceden, tuvieron la infancia aún más difícil al portarse mal: en la escuela, por ejemplo, hincarse sobre arena cargando ladrillos; en casa, un cintarazo imperturbable con el cable de la plancha. Hoy, en cambio, muchos padres se limitan a amenazas ridículas que, en muchos casos, los críos se pasan por el arco del triunfo; y por si fuera poco, algunos hasta se les rebelan. ¡Cuándo iban a ver eso las antiguas generaciones!
Esto abre un debate interesante porque unos alegan que a las generaciones más jóvenes hay que meterlos al guacal con unos buenos chanclazos, y otros más abogan por la comprensión y la amabilidad.
TEAM GOLPES VS. TEAM ANTI GOLPES
Por un lado están quienes argumentan haber recibido los catorrazos de sus padres en su infancia y actualmente son personas de bien, sin traumas. Por el otro, quienes defienden la idea de que es maltrato y los afectará psicológicamente.
Naturalmente, cada quien habla de acuerdo a cómo le fue en la feria. En el caso del team Anti Golpes tienden a argüir, además de su experiencia, con estudios científicos que están en concordancia con la idea que defienden. Los otros, en cambio, debaten desde su experiencia.
A primera instancia los que se respaldan en estudios científicos tienen más razones de peso para ganar el debate; no obstante, no se trata de ganarlo, sino de tener un conocimiento amplio, entendido y útil que sirva de punto de partida para tomar acción.
Es importante considerar que aun siendo estudios científicos hay cuestionamientos interesantes que se escapan de sus objetivos por ser aspectos excepcionales. Ya me entenderás.
¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN?
Para empezar, definámosla. Es el aleccionamiento para preparar a una persona para la vida a través de distintas áreas, desde las más básicas-personales-informales enseñadas en casa, que incluyen valores, principios, reglas, modales, formas de conducirse, etc., hasta otras más formales y especializadas como la académica.
Ahora, ¿qué diantres tiene que ver la preparación de una persona —o sea, la educación— con los chanclazos? ¿Será que se aprende mejor a punta de guamazos?
Y por otro lado… ¿por qué necesitaría un niño aprender ese algo con un golpe? ¿Cuál sería la diferencia entre aprender con un golpe y sin él?
EL APRENDIZAJE
Es un proceso cognitivo a través del cual una persona adquirió, interpretó, comprendió, extrajo una conclusión, le dio un significado y un sentido efectivo a un conocimiento.
Entendámonos:
Un niño se acerca a un perro que come y le jala su tazón de croquetas; este le gruñe y le suelta una mordida. El niño se espanta y llora.
El niño se cuestiona qué pasó y hace un recuento de lo ocurrido. Con esta información crea una premisa: a los perros no les gusta ser molestados mientras comen porque pueden atacar. Y posteriormente obtiene una conclusión: es peligroso molestarlos cuando comen. Finalmente lo refuerza con su comportamiento al no repetirlo. Entonces aprendió.
Así como hay aprendizajes que obtenemos sin buscar adquirirlos —como ver que a alguien se le destruye su celular al intentar abrir una cerveza con él—, hay aprendizajes que son estrictamente necesario obtenerlos, como hacer popó en el retrete y no en los calzones.
Y TÚ ¿ERES MANIPULADOR/A?
Todos los somos de una u otra forma, sin tener que pensar en el popular «tóxico manipulador» de una relación de pareja. El fin de la manipulación es hacer manejable una situación para lograr un propósito. Por ejemplo:
Una mamá quiere ver la TV en la noche, pero su hijo pequeño juega con estridencia y no la deja escuchar a gusto; lo manda a dormir, pero la ignora. Saca el arma secreta y le dice que si no se duerme aparecerá aquel monstruo que le da pavor. Entonces atiende y obedece.
La mamá recurre al miedo para poder tener la sala tranquila y ver la TV como quiere. Pues bien, es este patrón el mismo que seguimos en diferentes contextos: causar miedo para poder manipular.
El miedo es un método eficiente para hacer cumplir algo, lo hacen los papás con sus hijos, una persona con su pareja, los jefes con sus empleados, el gobierno con el pueblo… Manipular no es malo, en tal caso lo es el propósito con el que se hace.
PA QUE AMARRE
· La educación implica una enseñanza edificante. En la mayoría de los casos está ausente esa enseñanza, creyendo que el golpe bastará para que el niño aprenda cuando solo logrará detener un comportamiento y evitar que se repita; sin embargo, la acción carece de una explicación instructiva que ilustre al chiquillo.
· Aprendizajes que necesitan adquirirse. Sobre todo, para salvaguardar la integridad física o psicológica de manera eficiente. Ejemplo:
Un niño juega corriendo mientras sujeta un lápiz puntiagudo, los papás se lo quitan y le advierten del peligro, pero en un descuido el crío lo toma y vuelve a jugar corriendo.
Si este no acata la orden para dejar de correr, podría recurrirse a un método más duro para amedrentarlo y controlar la situación (cambio de tono y de expresión del semblante, grito, apretarle el brazo, chanclazo…) acompañado posteriormente de una explicación que le aclare al niño por qué ocurrió.
· Método circunstancial. Una mente infantil no dimensiona los peligros ni las implicaciones de una situación, por ello las explicaciones pueden ser inútiles en ciertas circunstancias. Amedrentar puede ser un método eficiente para que el niño aprenda a alejarse del peligro.
· Hay de golpes a golpes. No es lo mismo una palmada que deje ardiendo la espalda que un puñetazo en el estómago que saque el aire. El cómo y dónde se dé es significativo.
· Abuso. Valerse de los golpes para los propios fines vanos es una práctica abusiva. Si la mujer que quiere ver la TV le pega al niño para que se vaya a dormir y así poder ver la TV en paz, sería reprobable.
Si aún no ha quedado claro, no estoy fomentando la violencia, pero sí desgarrando ese aprendizaje automatizado que sataniza la reprensión de contacto físico. Partimos de la manipulación para amedrentar y lograr un propósito; unos lo hacen de manera inocua y otros, perjudicial. Sería hipócrita negarlo.
Ni un regaño trauma ni una nalgada tampoco, siempre y cuando se realicen de manera adecuada, y para eso ya di indicios de cómo hacerlo.
Hay otros aspectos que comentar, pero ya lo hablaremos cuando me termine mi café. Mientras tanto…
…ci vediamo!
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