Un expolicía mató a 36 personas, entre ellas 24 niños muy pequeños; huyó luego del lugar y se dirigió a su casa, donde mató a su mujer y a su hijo.
Familias enlutadas se arrodillaron el domingo delante de la guardería de Tailandia donde más de veinte niños fueron asesinados el jueves, en una ceremonia budista para apaciguar sus almas, en el segundo día de actos fúnebres por la matanza.
El jueves, un expolicía mató a 36 personas, entre ellas 24 niños muy pequeños, en una de las peores masacres jamás ocurridas en Tailandia.
Monjes vestidos con túnicas de color azafrán pronunciaron el domingo unas oraciones para los difuntos, en un templo cercano al establecimiento infantil, en el distrito de Na Klang, una zona rural del norte del país.
Poco antes, las familias, en llanto, se habían arrodillado en el exterior del centro, en una ceremonia para liberar las almas de sus hijos.
Algunos de los familiares llevaban imágenes de sus hijos, juguetes o comida, y lo colocaban en el exterior del lugar, como si se tratara de ofrendas.
Con gran solemnidad, varios responsables habían sacado de la guardería algunos de los objetos más queridos de los niños para dárselos a sus familias. Mantas y juguetes fueron colocados en bolsas etiquetadas con los nombres de las criaturas fallecidas.
La matanza empezó cuando el expolicía irrumpió armado en la guardería el jueves a la hora de la siesta. El hombre, de 34 años, huyó luego del lugar y se dirigió a su casa, donde mató a su mujer y a su hijo. Después se suicidó.
La mayoría de las víctimas murieron por heridas de disparos y de arma blanca.
El primer ministro, Prayut Chan-O-Cha, ordenó una investigación rápida de la tragedia. La policía indicó que iba a interrogar a 180 testigos en estos próximos días.
El atacante fue destituido de la policía este año por abuso de drogas, y varias personas de esta provincia rural declararon a la AFP que el hombre era conocido por su adicción a la metanfetamina.
No obstante, las primeras pruebas efectuadas en el cuerpo del atacante no habían revelado la presencia de drogas en su organismo.
El rey Maha Vajiralongkorn se reunió el viernes por la noche con supervivientes y familiares de las víctimas en un hospital, en una inusual visita del monarca en este tipo de casos.
Con información AFP
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