La visita ocurre tras los avances en armamento de Corea del Norte, incluyendo un submarino con capacidad de misiles balísticos.
Acompañando al portaaviones, se encuentra su grupo de ataque, que incluye el destructor USS Shoup y el crucero de misiles guiados USS Robert Smalls, los cuales también arribaron a Busan. Estos barcos permanecerán en el puerto durante un lapso de cinco días, dedicados a llevar a cabo una serie de actividades de intercambio con la marina surcoreana, según había anunciado con anterioridad el Ministerio de Defensa Nacional de Corea del Sur.
La llegada del portaaviones de la clase Niimitz tiene como objetivo lo expresado por el mencionado Ministerio en un comunicado:
Ampliar la visibilidad de la rutina de la disuasión extendida de EE.UU. y fortalecer la postura de defensa conjunta de la República de Corea y Estados Unidos frente a las provocaciones de Corea del Norte.
La “disuasión extendida o ampliada” representa un compromiso del Pentágono con Seúl, que incluye el envío regular y rotativo de activos estratégicos estadounidenses para enfrentar al régimen norcoreano y disuadir futuras acciones, como pruebas de armas de destrucción masiva.
La llegada del portaaviones ocurre apenas un mes después de que el régimen norcoreano llevara a cabo la botadura de su primer submarino operativo con capacidad para lanzar misiles balísticos (SSB). En una ceremonia donde el líder norcoreano, Kim Jong-un, mencionó la necesidad de modernizar toda la flota de las Fuerzas Navales y dotarla de la capacidad de realizar ataques nucleares.
Posteriormente, Kim realizó una visita a Rusia, donde se reunió con el presidente Vladímir Putin para acordar un aumento en la cooperación militar y visitó buques de la Flota del Pacífico rusa.
Con información EFE
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