Largas filas en tiempo de nieve para comprar mercancías con días de anticipación. Hordas de fanáticos, algunos de otros países, llenaron el Tokyo Dome de 55.000 asientos, intercambiando con entusiasmo pulseras hechas por ellos mismos. Personas de todo el mundo calculan febrilmente los husos horarios y observan rastreadores de vuelos en línea.
Este es el fenómeno Taylor Swift y la manía que ha seguido a la superestrella del pop mientras se prepara para realizar cuatro noches de espectáculos con entradas agotadas en Tokio antes de potencialmente regresar a Las Vegas para ver jugar a su novio, Travis Kelce, en Super Bowl con los Kansas City Chiefs.
La etapa de Tokio de The Eras Tour, un espectáculo multicontinental que podría terminar como la gira más taquillera de todos los tiempos, comenzó el miércoles por la noche y finalizará el sábado por la noche.
La zona exterior del Tokyo Dome estaba abarrotada horas antes de la apertura de las puertas para el primer concierto del miércoles, con fanáticos ataviados con brillantina, pompones, tiaras y kimonos.
Kane Ishiyone, de 28 años, viajó desde su casa en Fukuoka, en el suroeste de Japón, a Tokio para el concierto -para el que compró entradas para las cuatro noches. Ama a Swift desde 2009- hasta el punto que aprendió inglés para entender la letra de las canciones y dejó su trabajo para moverse más libremente durante la gira.
“Me tomaré un descanso de dos años para ir a sus conciertos”, dijo afuera del lugar del concierto con estampas rosas en las mejillas. “Dejé mi trabajo cuando ella anunció este Eras Tour”.
El Eras Tour tuvo su primer show en marzo de 2023 y continuará hasta diciembre de 2024.
Hasta la fecha, Ishiyone ha asistido a más de 20 conciertos en ocho ciudades y ya está planeando viajes futuros a Alemania, Austria y Países Bajos para asistir a los espectáculos que Swift dará allí. Las amigas de la infancia Sarina Saito, de 18 años, y Aimi Satou, de 19, dijeron que estaban deseando corear las canciones de TikTok en el concierto. “Trabajamos duro en empleos de tiempo parcial (para permitirnos) esto”, afirmaron.
El entusiasmo entre “swifties”, como se conoce a sus fans, lleva días en aumento. Los organizadores comenzaron a vender productos de la gira en el Tokyo Dome el lunes, con grandes multitudes esperando al aire libre, en la nieve y el aguanieve, por hoodies y sudaderas con la marca Taylor. Una fan de Filipinas, que voló a Tokio para el concierto, contó en TikTok que había hecho fila con temperaturas que rondaban los cero grados durante dos horas y media.
Los fanáticos también se preparan con rituales que ahora se han convertido en tradiciones establecidas entre la comunidad swiftie: hacer pulseras de la amistad personalizadas para intercambiar con otros asistentes al concierto, practicar coros del público y elegir cuidadosamente los outfits con la temática de Taylor.
“Lo que hemos visto con la gira de Taylor Swift es algo que realmente no habíamos visto antes”, dijo Richard Clarke, analista de la firma de inversión Bernstein. “Ha sido un evento post-Covid muy bien sincronizado, una especie de acontecimiento cultural, todo el mundo parece querer ir a esto”.
“Ha sido una gira tan popular que la gente se ha dado cuenta de que en sus países de origen a menudo se agotan las entradas y, por tanto, viajan a otros lugares para intentar encontrarlas”, añadió. “Estoy seguro de que también será así en Asia”.
Dos fans presentes este miércoles en el Tokyo Dome relataron que habían viajado desde Nueva Zelanda para asistir al concierto. “Intentamos conseguir entradas para Taylor Swift en Australia, pero no pudimos, fueron dos semanas de pulsar el botón de actualizar, intentando conseguirlas, pero no lo logramos, y (mi amigo) dijo, vamos a intentarlo para Japón”, contó uno de ellos.
Como muestra de lo internacional que es el público, uno de los asistentes describió cómo se oían varios idiomas asiáticos en el interior del estadio este miércoles. Pero entonces apareció Swift, empezó a sonar la música y decenas de miles de personas cantaron al unísono en la lengua común de sus letras.
¿Regreso al Super Bowl?
Luego está la cuestión de si Tyalor llegará a Las Vegas a tiempo para el domingo del Super Bowl, dado el largo vuelo y la gran diferencia de horario, lo que ha llevado a los fans de todo el mundo a elaborar hojas de cálculo, cronogramas e incluso presentaciones en PowerPoint para seguir su viaje.
Swift ha sido una asidua a los partidos de los Kansas City Chiefs desde que se presentó en la suite familiar de Kelce en septiembre del año pasado para ver el partido contra los Chicago Bears. La pareja confirmó más tarde en entrevistas separadas que ya se habían estado viendo antes de ese partido.
Incluso la embajada japonesa en Washington intervino para tranquilizar a los aficionados, afirmando en un comunicado el pasado viernes que “a pesar de las 12 horas de vuelo y las 17 horas de diferencia horaria… debería llegar cómodamente a Las Vegas antes de que empiece el Super Bowl”.
A favor de Swift juega la posición de Japón como “tierra del sol naciente”. Como uno de los primeros países al oeste de la línea internacional de cambio de fecha, está 17 horas por delante de Las Vegas.
Si bien Swift termina su último concierto el sábado por la noche, hora local, en Las Vegas aún será de madrugada, lo que le deja mucho tiempo antes del comienzo de la Super Bowl, el domingo por la noche, hora de Las Vegas.
La economía de Taylor Swift
El estrellato de Swift tiene un poder tan enorme que los expertos dicen que ella sola podría impulsar toda la economía de Japón en solo cuatro días.
Se espera que los conciertos de Swift generen hasta 34.100 millones de yenes (alrededor de US$ 229.6 millones), dijo Mitsumasa Etou, representante del sitio de investigación Economic Effects NET y profesor a tiempo parcial en la Universidad de la ciudad de Tokio.
Etou calificó la gira como el mayor acontecimiento musical de la historia de Japón en términos de impacto económico previsto: se espera que supere al Fuji Rock, uno de los mayores festivales musicales de Japón, que el año pasado generó unos 20.000 millones de yenes (cerca de US$ 134.6 millones) en ingresos.
Las cifras estimadas para la gira de Swift ni siquiera incluyen el impacto de los turistas internacionales que vienen a Japón para el espectáculo, añadió.
Parte de la razón por la que es tan rentable es el costo de las entradas de Swift. Los precios de los asientos cerca del escenario ahora son el doble de lo que costaban en 2018, cuando actuó en el Tokyo Dome para su gira Reputation, detalló Etou.
Sin mencionar que muchos superfans como Ishiyone compraron entradas para varios de sus espectáculos. Maiko Akazawa, de 28 años, quine creció escuchando la música de Swift, compró entradas para las cuatro noches en la sección VIP por 46.000 yenes (unos US$ 309) en total.
Clarke advirtió que el impacto económico será más leve en una metrópolis como Tokio –que tiene muchos hoteles y por lo tanto puede acomodar fácilmente una afluencia de fanáticos– que en ciudades más pequeñas. Algunas ciudades estadounidenses experimentaron aumentos de ingresos de hasta el 95% durante las noches de conciertos de Swift, mientras que Tokio probablemente verá un aumento de alrededor del 25% por noche, dijo.
La diferencia es que la gente podría viajar mucho más lejos para los shows de Tokio, ya que es uno de los tres únicos lugares que visitará en la región de Asia Pacífico. Tocará en seis espectáculos en Singapur (las entradas se agotarán en cuestión de horas) y siete espectáculos en Australia a finales de febrero.
“Habrá algunas personas que definitivamente dirán: ‘Bueno, mira, no he podido conseguir entradas en Los Ángeles’. No es muy diferente ir a Tokio que ir a la costa este”, dijo Clarke. Australia ya se está preparando para el impacto, a más de una semana de su concierto programado. El martes, la gobernadora del Banco de la Reserva de Australia, Michele Bullock, señaló que el efecto “inflación de Taylor Swift” ha obligado a los fanáticos a ajustar sus gastos en otros lugares para pagar las entradas de la gira y otros costos relacionados, según Reuters.
La gira es la primera en la historia en recaudar más de mil millones de dólares, citando estimaciones de la industria, y los fanáticos gastaron miles de millones de dólares más en transporte y alojamiento.
Con información CNN
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