La candidata opositora redobla su apuesta por el combate a la inseguridad y las críticas al Gobierno, pero también se compromete a terminar la refinería de Dos Bocas y apoyar a las mujeres.
La campaña de Xóchitl Gálvez ha llegado por primera vez a Tabasco, el Estado natal de Andrés Manuel López Obrador. La candidata de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México ha vuelto a apostar por un mensaje contra la inseguridad y la delincuencia, el eje de su discurso en los seis primeros días de la contienda. “El presidente le mintió a su gente, Tabasco está peor que nunca”, afirmó este miércoles la abanderada de la alianza integrada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). “Estoy en un lugar donde dicen que solo manda un hombre, ¿verdad que no?”, preguntó a sus seguidores en Villahermosa, la capital de la entidad. Las críticas a López Obrador y a la candidata oficialista, Claudia Sheinbaum, se hicieron presentes otra vez, pero la aspirante también dedicó parte de su mensaje a los programas sociales, a los apoyos a las mujeres y se comprometió a terminar la refinería de Dos Bocas, el proyecto insignia de esta Administración en la región petrolera del país.
“Vamos a resolver el tema de la inseguridad”, dijo Gálvez. “Aquí enfrente tienen a la próxima presidenta, la que sí va a enfrentar a los delincuentes”, agregó. La aspirante no escatimó en sus cuestionamientos a la política de seguridad de López Obrador, conocida como “abrazos, no balazos”, protagonista de los spots de campaña de la aspirante opositora, pero también de Sheinbaum, que ha prometido “abrazos a los jóvenes y cero impunidad a la delincuencia”. Su rival hizo un juego de palabras para revirar y aseguró que la Cuarta Transformación, el proyecto político de López Obrador, ha dado “abrazos a los delincuentes, balazos a los jóvenes”.
“Tabasco está peor que hace seis años”, dijo la aspirante opositora, una idea que impulsó varias veces durante el mitin, sus redes sociales y un breve encuentro con los medios de comunicación previo al acto en Villahermosa. Gálvez sabía que estaba en un territorio dominado por sus contrincantes y que da a López Obrador una calificación de 8,2 sobre 10 en confianza, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicados el año pasado. Es la tercera evaluación más alta del desempeño del actual Gobierno. Esa buena valoración al Ejecutivo federal, sin embargo, no se replica cuando toca calificar al gobernador, emanado de Morena (el partido del presidente) y cae hasta 4,9 puntos, según el Inegi. Esa brecha es clave para las aspiraciones de la oposición y convierte a Tabasco en una parada obligada, sobre todo porque el próximo 2 de junio los tabasqueños también elegirán a su próximo gobernador o gobernadora.
“Vamos a demostrar que en Tabasco sí hay oposición”, zanjó y llamó a votar por los candidatos de la coalición al Congreso local y a la gubernatura. La visita a Tabasco es, además, un termómetro de la aceptación de las propuestas de Gálvez en seguridad. Pese a que la tasa de incidencia delictiva está apenas por encima del promedio nacional, con 30,8 delitos por cada 100.000 habitantes, dos de cada tres habitantes de Villahermosa, la capital del Estado se sienten inseguros en su ciudad. Gálvez arrancó su campaña el pasado viernes en Fresnillo (Zacatecas), la ciudad con más miedo a la delincuencia, y pasó también por Irapuato y Ecatepec, dos focos rojos de la inseguridad en el país.
Con información El País
Síguenos en nuestras redes sociales: