CIUDAD DE MÉXICO – En la marcha para conmemorar los 10 años de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, participaron alrededor de 10 mil personas, además de que transcurrió “de manera pacífica y concluyó sin enfrentamientos”, informó el gobierno de la Ciudad de México.
En un comunicado, agregó que durante la ruta de la movilización, un “grupo minoritario de 100 personas con el rostro cubierto y ajenas a la organización de la marcha, realizaron pintas y ocasionaron daños al mobiliario urbano, fachadas e instalaciones de diversos negocios privados y algunas estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro y Metrobús”.
Aunque la autoridad no lo detalló, los integrantes del llamado Bloque Negro, que actuaron separados del contingente de padres de los normalistas desaparecidos, realizaron sus manifestaciones violentas con martillos, proyectiles y artefactos caseros explosivos, casi desde el inicio de la marcha.
Los inconformes vandalizaron varios establecimientos comerciales sobre el Paseo de la Reforma, entre cafeterías, restaurantes, sucursales bancarias y saquearon una tienda de ropa de caballero en la avenida 5 de Mayo.
La movilización comenzó poco después de las 16 horas, cuando partió el contingente de la glorieta del Ángel de la Independencia rumbo al Zócalo capitalino por el Paseo de la Reforma, luego por la avenida Juárez, el Eje Central y la calle 5 de Mayo hasta llegar al Zócalo.
En este último punto, tuvieron que sortear las gigantes barras de concreto que hallaron a su paso y formaron un embudo que obstaculizó el paso libre hacia la principal plaza pública del país.
El gobierno de la CDMX agregó que se implementó un dispositivo para “garantizar la libertad de expresión y manifestación, así como la seguridad e integridad de manifestantes y población en general”, con más de 500 servidores públicos de diferentes dependencias.
El dispositivo incluyó el despliegue de 500 policías de distintas agrupaciones y 200 de la Subsecretaría de Control de Tránsito apoyados con 26 unidades, 15 motos y tres grúas para agilizar el flujo vial a lo largo del recorrido.
Según la autoridad, el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) puso a disposición cinco paramédicos, una ambulancia y dos motoambulancias, pero no hubo personas lesionadas.
El gobierno capitalino refrendó “el derecho a la libre manifestación” y expresó su apoyo “a la lucha emprendida por madres y padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, en busca de la verdad y la justicia”.
La autoridad no mencionó nada sobre las barreras de concreto instaladas en la calle 5 de Mayo que obstaculizaron el paso de los manifestantes a la principal plaza pública del país. Tampoco mencionó las vallas metálicas de más de dos metros colocadas frente a Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana.
“Sin incidentes de gravedad”: CDHCM
El número de asistentes que dio el gobierno de Martí Batres fue el doble de lo calculado por la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), Nashieli Ramírez Hernández.
En entrevista al término de la marcha en el Zócalo capitalino, informó que fueron alrededor de cinco mil personas. Agregó que no hubo “incidentes de gravedad”, solo “algunas acciones” del llamado Bloque Negro conformado por entre 150 y 200 personas. Dicho número es el doble de lo que calculó el gobierno local.
La ombudsperson capitalina agregó que una de las razones para que no hubiera enfrentamientos es que “no hubo presencia de los cuerpos policiacos a lo largo de la marcha; eso inhibe”, según constataron los 90 observadores del organismo que acompañaron la movilización.
Sobre las barreras de concreto en la avenida 5 de Mayo, dijo que “sí permitían el flujo peatonal, pero lo limitaban, no sabemos por qué las pusieron”.
Con información Proceso
Síguenos en nuestras redes sociales: