Esta semana Omar García Harfuch, titular de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), dio a conocer la Estrategia Nacional de Seguridad que llevará a cabo el gobierno encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Este plan consta de cuatro ejes:
1. Atención a las causas: Se prioriza el apoyo a las familias más vulnerables, con el objetivo de reducir la pobreza, cerrar brechas de desigualdad y evitar que los jóvenes caigan en las redes del crimen organizado.
2. Consolidación de la Guardia Nacional: García Harfuch destacó la importancia de la Guardia Nacional, con más de 133,000 elementos desplegados, como un cuerpo esencial para combatir el poder de fuego de la delincuencia organizada.
3. Fortalecimiento de la inteligencia y la investigación: Contempla la creación de una Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial dentro de la Secretaría de Seguridad, que contará con analistas y especialistas que facilitarán la creación de estrategias preventivas basadas en datos y patrones delictivos. Esta subsecretaría trabajará en estrecha coordinación con la Fiscalía General de la República.
4. Consolidación del Gabinete de Seguridad en coordinación con los estados: En este cuarto y último punto se plantea una colaboración constante entre las fuerzas de seguridad federales y estatales. Harfuch subrayó que la seguridad es una responsabilidad compartida y que las fiscalías locales también deben desempeñar un papel crucial en la judicialización de los delitos.
“No regresará a la guerra contra el narco”: Sheinbaum
La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que “no regresará a la guerra contra el narco” del sexenio de Felipe Calderón.
Recordó que en la Ciudad de México trabajó un programa que sumó a las secretarías para qué casa por casa fueran a los lugares de mayor incidencia delictiva para atender a las familias de manera integral y así evitar que los jóvenes se unan a las bandas delictivas.
Debido a esto, aseguró que las secretarías del gobierno federal van a apoyar para que se pueda ampliar las capacidades para rescatar a los jóvenes de las garras del crimen organizado en las zonas de mayor índice delictivo.
Con información El Economista
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