El cuadro pintado por Leonardo da Vinci es objeto de admiración desde hace siglos y el misterio de su sonrisa sigue captando la atención de los espectadores y de la ciencia, que se ha ocupado de esclarecer la duda y ofrecer respuestas.
La Gioconda, más conocida como Mona Lisa, es una de las obras más conocidas del polímata florentino Leonardo da Vinci y probablemente el cuadro más famoso del mundo, sostiene un artículo publicado en el sitio web del Museo del Louvre (Francia), cuya Sala de los Estados alberga la destacada pintura. Se trata del retrato de una mujer cuya enigmática sonrisa ha captado la atención desde hace siglos.
¿Sonríe la Mona Lisa? Cómo lo perciben los espectadores
El enigma sobre la sonrisa de La Gioconda se deriva probablemente de la multiplicidad de emociones que pueden leerse al contemplar el gesto de la mujer retratada, reconoce un artículo de Smithsonian Magazine, revista del Museo Smithsonian de Historia Natural (una institución educativa y de investigación gestionada por el gobierno estadounidense).
Un estudio publicado en 2017 en la revista Scientific Reports demuestra que la mujer que pintó Da Vinci sonríe, o al menos así lo percibe la mayoría de las personas.
Un equipo de científicos del Centro Médico de la Universidad de Friburgo, del Instituto de Psicología de la Universidad de Friburgo y del Instituto de Áreas Fronterizas de Psicología y Salud Mental de Friburgo (Alemania) tomó la imagen del cuadro, manipuló la curvatura de la boca de la Mona Lisa como una fuente potencial de ambigüedad y presentó a un grupo de 12 espectadores una copia de La Gioconda original y 8variantes con tristeza y felicidad crecientes para estudiar cómo influye en la percepción una gama de variantes de caras más alegres y más tristes.
Luego de observar las imágenes en orden aleatorio 30 veces, los voluntarios informaron si la cara estaba feliz o triste y su confianza en ese juicio. Como resultado, los expertos detectaron que la versión original siempre fue percibida por los espectadores como feliz, mientras que las variantes de estímulo más ambiguas tenían una caída más prominente de la curvatura de la boca, en comparación con el original. En otras palabras, los resultados del estudio publicado en Scientific Reports demostraron que la expresión facial de la modelo de Da Vinci era menos ambigua de lo esperado.
No obstante, los investigadores aclaran en su estudio que “la percepción y la reacción al contenido emocional de la cara son relativas y dependen en gran medida de la gama de estímulos utilizada”. “Nuestra percepción, por ejemplo de si algo es triste o feliz, no es absoluta, sino que se adapta al entorno con una velocidad asombrosa“, dijo en un comunicado de prensa Jürgen Kornmeier, coautor del estudio e investigador del Instituto de Psicología y Salud Mental de Friburgo y del Centro Oftalmológico del Centro Médico de la Universidad de Friburgo.
Entonces, ¿es posible que el artista pintara intencionalmente una sonrisa ambigua? Una investigación publicada en 2015 en Vision Research argumenta que la enigmática sonrisa de la Mona Lisa no fue una casualidad, sino “una característica intencional de la maestría de Da Vinci para expresar emociones sutiles”.
El estudio de 2015 analiza La Bella Principessa, un cuadro anterior a La Gioconda, también pintado por el artista florentino, en el cual la boca de la mujer retratadaparece cambiar de inclinación dependiendo de la distancia de visualización y del nivel de desenfoque aplicado a una versión digital del retrato (lo que también sucede en La Gioconda).
A través de una serie de experimentos psicofísicos, los investigadores descubrieron que un cambio percibido en la inclinación de la boca de La Bella Principessa influye en su expresión, generando una ilusión óptica denominada “sonrisa inalcanzable”.
La ilusión consiste en que, al mirar en su conjunto la obra, la mujer parece estar sonriendo. Sin embargo, cuando el espectador se centra en la boca, esta parece estar inclinada hacia abajo (más “triste”) y cambia la expresión.
“La calidad esquiva de la sonrisa de la Mona Lisa ya se había informado anteriormente, por lo que la existencia de una ilusión similar en un retrato pintado anteriormente se vuelve más interesante”, señala el artículo de 2015. No obstante, aclara Smithsonian Magazine, no hay evidencia de que Da Vinci desarrollara la enigmática sonrisa intencionalmente.
Como bien demuestran las investigaciones sobre el tema, la respuesta a si la Mona Lisasonríe o no sigue siendo incierta y probablemente siga así. ¿Pretendía Leonardo da Vinci crear esta ilusión en La Gioconda y La bella Principessa o fue solo una coincidencia? No lo sabemos. “En cualquier caso, se puede argumentar que la ambigüedad creada aumenta el atractivo del retrato”, concluye el artículo de Vision Research.
Con información National Geographic
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