TAPACHULA, México — Un nuevo grupo de unos 1.500 migrantes salió este miércoles del sur de México con la intención, según dicen sus integrantes, de llegar a Estados Unidos antes de que Donald Trump asuma la presidencia el próximo 20 de enero. Temen que después de esa fecha se cierren las opciones legales para migrar y comiencen las deportaciones masivas.
Esta es la sexta caravana que sale de Chiapas, estado fronterizo con Guatemala, en menos de dos meses, incluyendo dos que partieron el día de las elecciones estadounidenses. Todas son disueltas poco después de su salida pero eso no impide que se vuelva a organizar la siguiente.
Estas son algunas claves para entender este fenómeno.
¿Por qué se forman las caravanas?
En Tapachula, la ciudad conocida como la capital de la frontera sur de México, se acumulan muchos migrantes que entran irregularmente a México. Muchos intentan regularizar su situación en esa ciudad o solicitar una cita de asilo en Estados Unidos con la aplicación CBPOne.
Como los trámites son lentos, no hay trabajo y la inseguridad ha crecido mucho en Chiapas, los migrantes se desesperan. Por eso, cuando escuchan sobre la opción de avanzar en grupo, optan por salir caminando con la esperanza de que más al norte tengan mayores posibilidades de avanzar hacia Estados Unidos.
Además, muchos se sienten más seguros al viajar en grupo y creen que así pueden evitar ser víctimas de las amenazas, extorsiones, secuestros y abusos por parte de miembros del crimen organizado y de autoridades corruptas.
¿Hasta dónde llegan las caravanas?
Las únicas que llegaron a la frontera con Estados Unidos fueron las primeras, que partieron de Honduras y tuvieron lugar a finales de 2018 y a principios de 2019, coincidiendo con el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador.
En octubre de 2020, en vísperas de las elecciones en las que Trump intentó reelegirse frente a Joe Biden, también se formó una caravana que partió de Honduras y llegó a sumar más de 3.000 personas, pero fue bloqueada y disuelta por las fuerzas de seguridad de Guatemala.
Las más recientes se han organizado en el sur de México y se han disuelto antes de salir del sur, incluyendo una de 5.000 personas de octubre de 2023.
Generalmente, las autoridades mexicanas los dejan avanzar durante días, hasta que sus integrantes —muchas veces, familias enteras con niños— acaban agotándose. Es lo que Emilio Luna, integrante de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes en México, llamó una práctica de “desarticulación”.
Las autoridades suelen trasladar a los migrantes a distintos puntos. El objetivo, dicen, es llevarlos a lugares menos congestionados, en donde sus trámites sean más ágiles, pero las organizaciones civiles denuncian que los dejan desamparados y a merced de los cárteles.
Con información AP
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