La soberanía alimentaria es más que un ideal; es una necesidad estratégica en un contexto global cada vez más incierto. En México, el sector agroalimentario enfrenta desafíos históricos que afectan su productividad y ponen en riesgo la seguridad alimentaria. Este análisis detalla los problemas estructurales, la influencia del TMEC y las posibles soluciones para garantizar el desarrollo sostenible del campo mexicano.
Producción de granos básicos: una dependencia creciente
México cultiva 26.1 millones de hectáreas de las cuales solo el 24% genera el 65% de la producción nacional. Esto incluye granos esenciales como maíz, arroz, trigo, frijol y sorgo. Sin embargo, en los últimos 20 años, el país ha aumentado la importación de estos alimentos básicos, lo que evidencia una dependencia peligrosa.
Cifras clave:
- 50% del consumo nacional de granos básicos es cubierto por importaciones, principalmente de Estados Unidos.
- Estas importaciones están altamente subsidiadas con un promedio de 50 mil millones de dólares anuales en apoyo directo a los agricultores estadounidenses.
- El dumping, calculado en un rango del 10-15%, complica aún más la competitividad de los productores mexicanos.
Inversión insuficiente: un obstáculo para la autosuficiencia
El presupuesto destinado a infraestructura hidroagrícola y apoyo técnico se ha mantenido en niveles bajos. El PEF 2025 asigna 20 mil millones de pesos a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para atender agua potable, saneamiento, riego y conservación de presas, una cifra insuficiente para modernizar el sector.
Impacto del presupuesto limitado:
- Se prevé modernizar solo el 3.2% de la superficie de riego en 2025.
- A este ritmo, tomaría 30 años rehabilitar la totalidad de las hectáreas de riego en el país.
Una solución más ambiciosa requeriría una inversión de 300 mil millones de pesos en los próximos 15 años, orientada a garantizar la sostenibilidad y la eficiencia del sector.
El TMEC: presión externa sobre los subsidios agrícolas
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) ha contribuido a consolidar un modelo que reduce los subsidios y minimiza las políticas de apoyo al sector agroalimentario mexicano.
Implicaciones del TMEC:
- Los productores mexicanos compiten contra importaciones subsidiadas, perdiendo mercado interno.
- La inclusión de granos básicos en el tratado dificulta la implementación de medidas de protección nacional.
Propuestas para fortalecer el sector agroalimentario
Enfrentar los retos del sector agroalimentario requiere un enfoque integral. A continuación, se presentan propuestas clave:
1. Revisión del TMEC
- Excluir los granos básicos del tratado para proteger la producción nacional.
- Implementar medidas compensatorias para equilibrar la competencia con productos subsidiados.
2. Incrementar la inversión pública
- Destinar un presupuesto suficiente para modernizar sistemas de riego y ampliar la cobertura de infraestructura hidroagrícola.
- Priorizar programas de transferencia de tecnología y asistencia técnica.
3. Política agrícola de largo plazo
- Promover el crédito de fomento y seguros agrícolas para mitigar riesgos.
- Incentivar la agricultura sostenible mediante programas de modernización y apoyo a pequeñas unidades de producción.
4. Fomentar la soberanía alimentaria
- Reducir la dependencia de importaciones mediante programas que aumenten la productividad local.
- Implementar políticas que favorezcan la diversidad y calidad de los cultivos nacionales.
El contexto geopolítico: una oportunidad para actuar
En un entorno internacional caracterizado por tensiones comerciales y conflictos geopolíticos, fortalecer la soberanía alimentaria es esencial para prevenir crisis nacionales. Garantizar la seguridad alimentaria no solo beneficia a los agricultores, sino que también protege a México frente a posibles interrupciones en las cadenas de suministro globales.
Por un campo mexicano fortalecido y autosuficiente
El sector agroalimentario es el pilar de la seguridad alimentaria y la soberanía nacional. México tiene el potencial de reducir su dependencia de importaciones y fortalecer su economía local. Sin embargo, lograrlo requiere decisiones políticas firmes, inversiones estratégicas y un replanteamiento del papel del TMEC en el desarrollo agrícola.
El futuro del campo mexicano depende de la implementación de políticas inclusivas y sostenibles que prioricen a los productores nacionales, protejan los recursos naturales y garanticen el acceso de todos los mexicanos a alimentos de calidad.
Con información La Verdad Noticias
Síguenos en nuestras redes sociales: