La OTAN se prepara para un mundo con más misiles

La OTAN se prepara para un mundo con más misiles

La OTAN se prepara para un mundo sin el tratado INF que prohíbe los misiles de corto y medio alcance, y que fue denunciado el 1 de febrero por los Estados Unidos, y al día siguiente, por el otro signatario del acuerdo, Rusia. Los ministros de defensa aliados se reúnen hoy y mañana en Bruselas para decidir los pasos a dar una vez desaparezcan estos límites en la carrera armamentística.

“Estamos planificando nuestra futuro sin el Tratado INF y con más misiles rusos”, ha dicho esta mañana el secretario genera de la OTAN, Jens Stoltenberg, para añadir que la respuesta será “unida, medida y defensiva”.No hay intención de provocar una nueva carrera de armamentos, y en este sentido, Stoltenberg asegura que no hay intención de estacionar nuevos misiles nucleares terrestres en Europa.

“No hay intención de provocar una nueva carrera armamentística”

Jens Stoltenberg Secretario general de la OTAN

La Alianza atlántica sigue acusando a Rusia de violar el tratado INF con el desarrollo de su nuevo mísil de crucero que consideran que entra dentro de las prohibiciones incorporadas en este tratado que se firmó en 1987 entre los Estados Unidos y la antigua Unión Soviética. Queda margen hasta agosto, dado que transcurren 6 meses desde la denuncia del tratado hasta que se haga efectiva, pero en estos momentos, nadie en la sede de la OTAN confía en que pueda evitarse el abandono del tratado. La cuestión clave es que ahora mismo el INF no interesa a ninguno de los dos firmantes. Tanto Washington como Moscú comprueban como el tratado les obliga a ellos, mientras otras potencias, es el caso de China, pueden dotarse de este tipo de armamento sin ninguna limitación.

Las primeras acusaciones de Washington a Rusia de violar el acuerdo llegaron durante la administración Obama. Trump las heredó y las elevó al cuadrado hasta llegar a denunciar el tratado a principios de este mes. En esta maniobra ha contado con el apoyo rotundo de sus aliados en la OTAN, a pesar de la gran preocupación que les produce que salten los límites a la fabricación de armamentos. Los recuerdos de la crisis de los euromisiles en la década de los 70 y los 80 vuelven con fuerza en estos días, tanto por el riesgo que supone la desaparición del tratado INF, como porque se abre la vía para poner en cuestión otros tratados de limitación de armamento nuclear, como el nuevo START (Strategic Arms Reduction Treaty) que debería renovarse en 2021. Se teme que la denuncia del tratado INF acabe abriendo la caja de Pandora de una nueva carrera armamentística.

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