El Vaticano presenta 21 propuestas concretas para luchar contra los abusos sexuales

El Vaticano presenta 21 propuestas concretas para luchar contra los abusos sexuales

Una evaluación psicológica a los candidatos a seminaristas, dictaminar que los sacerdotes y obispos culpables de abuso sexual de menores abandonen el ministerio público o definir límites apropiados en las relaciones personales. Estos son tres de los 21 “puntos de reflexión” que ha distribuido hoy el Vaticano como su idea de propuestas concretas para luchar contra la pedofilia clerical. No se trata de un documento definitivo, sólo “una recopilación de puntos de vista”, según el moderador del evento, Federico Lombardi, que han puesto en común de entre varias de las ideas que han hecho llegar las conferencias episcopales en los días previos a la inédita cumbre que se celebra desde este jueves en el Vaticano.

Si el papa Francisco habló esta mañana de la urgencia de “medidas concretas y eficaces” para terminar con la plaga de los abusos, estos puntos dan una idea de por dónde podrían ir los tiros. No está previsto la elaboración de ningún documento durante estos días y las conclusiones serán sólo el discurso final de Bergoglio, el próximo domingo por la mañana, pero el Vaticano sí que pretende seguir de cerca los avances en la reunión para trabajar en una guía sobre los abusos en un futuro, contó en rueda de prensa el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, en el comité organizador.

Otras medias contempladas en los 21 puntos de reflexión son elevar la edad mínima para el matrimonio a los dieciséis años (la ley canónica prevé los catorce, para las niñas), crear estructuras de escucha para un primer discernimiento de los casos de presuntas víctimas, protocolos específicos para tratar las acusaciones contra los obispos, más formación para concienciar al clero de las causas y consecuencias de los abusos o donde aun no se ha hecho, instituir un organismo de fácil acceso para las víctimas que deseen denunciar los delitos.

Durante la sesión de la mañana, los 190 asistentes (entre los 114 presidentes de las Conferencias Episcopales, líderes religiosos de las Iglesias orientales o prefectos de las congregaciones vaticanas) han podido escuchar los testimonios desgarradores de cinco víctimas de todos los continentes. La repartición geográfica se ha hecho adrede para subrayar que la crisis de abusos sexuales no es sólo un problema norteamericano o europeo, ha explicado el presidente del Centro para la Protección de Menores de la universidad Gregoriana, Hans Zollner, que también está en el comité organizador del encuentro.

“Desde que tenía quince años mantenía relaciones sexuales con un sacerdote. Esto duró trece años seguidos. Estuve embarazada tres veces, él me hizo abortar tres veces. Simplemente porque él no quería un preservativo ni un método anticonceptivo. Al principio tenía tanta confianza en él, que no sabía que podía abusar de mí. Tenía miedo de él. Y cada vez que me negaba a tener relaciones con él, me pegaba”, ha dicho una de las víctimas –que se han mantenido en el anonimato–, una mujer africana, en el vídeo retransmitido en la sala, a puerta cerrada. El chileno Juan Carlos Cruz, la cara más visible de los que denunciaron al pederasta Fernando Karadima, también ha declarado que lo más le dolió fue la inacción de los obispos. “Lo primero que hicieron –ha afirmado Cruz– fue tratarme de mentiroso, darme la espalda y decir que yo y otros eran enemigos de la Iglesia”.

Según Zollner, quien ha escuchado con “la mente abierta, los oídos abiertos y el corazón abierto, no ha podido permanecer como estaba antes”. Lombardi se ha emocionado con el relato, y ha contado que la asamblea se ha partido. “El clima que yo he escuchado ha sido muy positivo.Están deseosos de hacer un camino conjunto, con serenidad y conciencia de la importancia del evento”, ha agregado el exportavoz del Vaticano en la rueda de prensa. “Son voces duras –afirma también Scicluna– que necesitábamos oír porque para entender a las víctimas necesitamos escucharlas”.

No todo el mundo está contento con los primeros pasos de esta reunión. La asociación End Clergy Abuse (ECA), la más activa de los grupos de víctimas, cree que los puntos distribuidos por el Vaticano son insuficientes para lograr su objetivo de tolerancia cero. “Ayer estaba decepcionado, y hoy aunque parezca imposible, mi nivel de decepción ha aumentado”, ha contado a la salida el catalán Miguel Hurtado, víctima de un monje benedictino de Montserrat, que es activista en esta asociación.

“Los puntos de reflexión son muy flojos. No incluyen la tolerancia cero, no dicen que todo sacerdote que ha abusado de un menor tiene que ser expulsado inmediatamente; no hablan de mecanismos de rendición de cuentas para que los obispos encubridores o el abad de Montserrat sean cesados de sus puestos de trabajo; no hay la denuncia automática en todos los casos de abuso sexual; no habla de transparencia, de que los archivos de la perversión, los archivos canónicos donde hay todas las evidencias, se entreguen a las autoridades civiles… Por lo tanto si esto es lo mejor que tiene que ofrecer el Papa, esta cumbre va a ser un absoluto y completo fracaso”, ha criticado Hurtado.

El tema central en el que trabaja hoy la asamblea es la responsabilidad de los obispos. Mañana hablarán de rendición de cuentas y de transparencia.

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