La cima del mundo sigue siendo de largo el ochomil más solicitado, tanto por alpinistas experimentados como por aficionados menos solventes. A la espera de la confirmación oficial del número de permisos emitidos por las autoridades nepalíes y chinas, se estima que más de mil personas intentarán coronar esta primavera los 8.848 metros del Everest.
Una de las voces más autorizadas, la montañera y periodista alemana Billi Bierling, líder del equipo que desde Katmandú alimenta el Himalayan Database , el monumental registro sobre las ascensiones a las principales montañas de Nepal, pronostica que el 2019 será otro año de récords. El pasado ya lo fue con las 809 personas que pisaron la cima del Everest, 563 por la vertiente nepalí y 246 por el Tíbet, según el Himalayan Database.
Bierling y sus compañeros son los encargados de verificar la ascensiones con entrevistas a los alpinistas, el análisis de fotos y, si se considera necesario,revisando los datos grabados en los dispositivos de geolocalización.
La inmensa mayoría de montañeros acometerán su aventura en el Everest con la ayuda de oxígeno artificial y la compañía de sherpas. Son minoría, menos del 2 o 3% del total, los que optan por una ascensión más pura, sin chupar oxígeno embotellado y sin la comodidad y la confianza que confiere tener a un guía de altura al lado.
El campo base de Nepal, un pueblo a 5.350 metros
Las expediciones ya han llegado a los dos campos bases, el de Nepal y el de China, los dos países que comparten el honor de albergar la majestuosa y rentable montaña.Sobre todo el de Nepal, en el Khumbu, se convierte cada primavera en un pueblo de tiendas de campaña con más de 1.000 e incluso 1.500 habitantes, entre alpinistas extranjeros, sherpas y el personal encargado de que todo funcione a 5.350 metros de altura.
Los datos provisionales apuntan a que más de 750 montañeros, la mitad clientes y la otra mitad sherpas, intentarán culminar el Everest desde Nepal y 300 más desde Tíbet.
Los denominados Icefall Doctors ya finalizaron a principios de este mes su exigente misión: equipar con cuerdas y escaleras la cascada del Khumbu, el primer y peligroso escollo con que topan los alpinistas en su ruta hacia la cima. Estos días, las expediciones acometen la ronda inicial de aclimatación consistente en ganar altura para prepararse para el ascenso final, hacia mediados de mayo, siempre que la meteorología y las condiciones de la montaña lo permitan
El proyecto más relevante
La nueva ruta del tándem Richards-Mena
El norteamericano Cory Richards, de 37 años, y el ecuatoriano Esteban “Topo” Mena, de 31, forman el equipo que ha puesto sobre la mesa el proyecto más relevante de esta temporada, la apertura de una nueva ruta por la cara norte, sin oxígeno artificial y en estilo alpino. Cabe apuntar que el 99% de las expediciones suben por las dos itinerarios clásicos, el del sur por Nepal y el del norte por el Tíbet.
La montaña más alta del planeta mide 8.848 metros
Agencias.
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