Las obras del Tren Maya en el sureste del País proseguirán aunque surjan vestigios. En caso de emerger “una estructura mayor”, la ruta se modificará, aseguraron los directores del INAH, Diego Prieto, y de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons.
Durante una conferencia de prensa, la titular de Cultura del Gobierno federal, Alejandra Frausto, quien también asistió, suscribió un convenio de colaboración con el responsable del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
Este convenio prevé, entre otros puntos, que las empresas o entidades encargadas de la obra sufraguen las labores de recuperación de materiales arqueológicos, de acuerdo con la Ley de Monumentos.
Se estima que estas tareas requerirán recursos equivalentes al uno por ciento de la inversión total, unos mil 500 millones de pesos, como se había previsto en marzo (REFORMA 25/03/2019).
Podrían abrirse zonas arqueológicas en esta área, anticipó Prieto, entre ellas Ichkabal, en Quintana Roo, y evaluarían un par más en Campeche, Chiapas o Tabasco.
La mitad del referido uno por ciento será destinado al salvamento arqueológico y el resto lo invertirán en la promoción y el mejoramiento de las zonas involucradas, detalló el director del INAH, tras la conferencia.
“No se preocupen: van a aparecer cosas; no se preocupen: las obras se van a llevar adelante, como ha ocurrido siempre”, aseguró el antropólogo antes, durante su intervención, en la que destacó la colaboración del INAH –organismo que este año cumplió 80 años– en las obras de infraestructura del País.
“Siempre aparecerán objetos de diferente índole. Son miles de años de ocupación del ser humano en estos territorios y si agregamos que al INAH se le encarga también el cuidado de los bienes paleontológicos, son decenas, centenares y millones de años que debemos recuperar y resguardar”, dijo.
Recordó que el INAH ha acompañado diversas obras de infraestructura, como las del metro, de las que emergió la pirámide de Ehécatl, en la estación Pino Suárez.
Para los estudios en la zona maya recurrirán a vuelos de teledetección óptica, conocidos como LIDAR, para obtener una topografía más detallada de los terrenos, informaron el coordinador de Arqueología del INAH, Pedro Francisco Sánchez Nava y Juan Javier Carrillo, subdirector de Estudios y Proyectos del Tren Maya.
Al no disponer de un avión, esa tecnología deberá contratarse, aclaró Prieto, sin proporcionar cifras del costo que podría tener.
Frausto anunció el acondicionamiento de vagones para que funjan como salas en movimiento, mientras que las estaciones históricas se reutilizarán para servicios culturales, información, tiendas de arte popular o cultura alimentaria.
Reforma
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