El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, decretó a última hora de este martes un toque de queda nocturno y parcial en todo el territorio del país, horas después de que manifestantes irrumpieran en el Parlamento. La orden de Moreno regirá durante los treinta días en que esté en vigor el estado de excepción decretado el jueves para contrarrestar la revuelta ciudadana que ha provocado el llamado “paquetazo” económico, un paquete de medidas de ajuste que incluye la retirada de los subsidios a los combustibles y su consiguiente aumento.
El toque de queda parcial pretende limitar la concentración de manifestantes alrededor de los edificios oficiales y, especialmente, en el centro de Quito, donde se concentran las sede de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y donde en las últimas horas se han focalizado las protestas con la llegada de miles de indígenas y campesinos al casco histórico de la capital provocando que Moreno decidiera el lunes trasladar provisionalmente el gobierno a Guayaquil, centro financiero del país.
Restricciones de 20h a 5h
Los que incumplan el toque de queda serán detenidos
Un comunicado conjunto de las Fuerzas Armadas, emitido el martes, especifica que diariamente “regirá en todo el territorio nacional la restricción de movilidad en áreas sensibles y de importancia estratégica” entre las ocho de la noche y las cinco de la mañana. Y que quienes incumplan la orden “serán inmediatamente detenidos”. La instrucción hace especial referencia al centro de Quito, pero también a edificios estratégicos de todo el país, como puertos, aeropuertos, instalaciones militares, antenas centros de telecomunicaciones, refinerías o centrales hidroeléctricas.
El toque de queda fue anunciado poco después de que cientos de manifestantes irrumpieran el martes en la Asamblea Nacional al grito de “¡Fuera Moreno!”, donde permanecieron durante una hora hasta que pudieron ser desalojados por la policía. Encabezados por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), miles de ciudadanos exigen que Moreno dé marcha atrás en la retirada de los subsidios a los combustibles.
Un joven de 27 años, herido en una de las protestas, acabó falleciendo el martes en un hospital de Quito y se convirtió en la segunda víctima mortal de esta revuelta, que se inició el jueves con la paro del transporte convocado por las patronales del sector. A pesar de que la huelga fue suspendida el viernes, las organizaciones indígenas optaron por continuar con las movilizaciones y marchar sobre Quito.
VAN
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