Estados Unidos y China redoblan la presión a pocos días del comienzo de una nueva ronda negociadora en Washington, en la que se pretende alcanzar los primeros acuerdos que permitan poner fin a una guerra comercial de efectos globales. Mientras Washington sale en defensa de la minoría uigur, con las compañías chinas de inteligencia artificial en su punto de mira, Pekín toma represalias contra las empresas de EE.UU. que “hieren los sentimientos” de su población, sea la NBA o la serie de animación South Park .
Por primera vez desde que trascendieron las denuncias de abusos contra esta minoría étnica de fe musulmana, la Administración Trump ha reaccionado. Además de restringir los visados a miembros del gobierno y trabajadores del Partido Comunista chino “cómplices o responsables” de la represión contra esta comunidad, ha añadido a su lista negra a 28 entidades y empresas. El principal organismo castigado es la Oficina de Seguridad Pública de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, donde se hallan los campos de reeducación por los que el Gobierno chino ha hecho pasar alrededor de dos millones de personas. En las empresas sancionadas hay ocho que fabrican tecnologías de reconocimiento facial (Hikvision, Dahua Technology y Megvii Technology, entre otras), un instrumento clave para el control de este grupo étnico.
La inclusión de estos organismos en la lista de restricciones a la exportación implica que necesitarán un permiso del Gobierno para adquirir componentes a empresas estadounidenses. “La medida garantizará que nuestras tecnologías, fomentadas en un entorno de libertad individual y libre mercado, no se utilicen para reprimir a las minorías indefensas”, dijo el secretario de Comercio, Wilbur Ross.
CONTROL DE LOS UIGURES
China aspira a convertirse en el líder mundial de videovigilancia
Al tardío interés humanitario de la administración Trump por censurar los abusos de Pekín contra la minoría uigur se suma otro estratégico: torpedear los planes de China de convertirse en el líder mundial de la vídeo vigilancia. Hikvision y Dahua Technology son los dos mayores fabricantes del mundo de este tipo de tecnologías pero actualmente dependen de los chips de fabricación estadounidense.
La nueva ronda de negociaciones comerciales se encara con cierto optimismo, pero las espadas siguen en alto. La primera víctima colateral del último conflicto entre Pekín y Washington fue la liga de baloncesto norteamericana, atrapada en un escándalo mayúsculo por un tuit del director general de los Houston Rockets, Daryl Morey, en el que manifestaba su apoyo a las protestas de Hong Kong. A pesar de que el mensaje fue retirado en cuestión de segundos y de que tanto la NBA como la franquicia texana pidieron perdón, las autoridades chinas optaron por la mano dura ante lo que consideran una injerencia. “De nada sirve llegar a acuerdos con China si no se entiende cuáles son los sentimientos de su población”, advirtió ayer el portavoz del Ministerio de Exteriores, Geng Shuang.
Como castigo, se decretó un apagón televisivo sobre los Rockets, el club con más seguidores en el país dado que allí jugó la estrella local Yao Ming. Además, la televisión estatal no emitirá ninguno de los partidos de exhibición programados para esta semana en suelo chino y está por ver qué sucede con los de la temporada regular.
Curiosamente, el nuevo propietario de uno de los equipos afectados (los Nets de Brooklyn) es Joe Tsai, cofundador y vicepresidente del gigante del comercio electrónico chino Alibaba. “La NBA siempre ha sido muy progresista en su respeto a la libertad de expresión, pero apoyar un movimiento separatistas cruza la línea roja del Gobierno chino y de su población”, señaló. Desde ayer, los productos de los Rockets ya no están disponibles en sus portales de venta (Taobao o Tmall).
‘SOUTH PARK’ VS LA NBA
“Nosotros también amamos el dinero más que la libertad y la democracia”
Con la que está cayendo, sorprendieron las palabras del comisionado de la NBA, Adam Silver, que ayer se negó a ofrecer una disculpa oficial y emitió un comunicado en el que defendía la libertad de expresión. “La NBA no se pondrá en una posición de regular lo que los jugadores, empleados y dueños de los equipos dicen o no dicen sobre estos temas. No podemos operar de esta manera”. Palabras mayores que no sentaron bien en China, un país con un peso muy grande en los planes de expansión económica de la mejor liga de baloncesto del mundo.
Silver no fue el único que ayer se plantó frente a las amenazas de China, un país habituado a presionar con boicots comerciales en su jugoso mercado a todos aquellos que le llevan la contraria. También se mantuvieron firmes los creadores de la serie de animación South Park , censurada en el país asiático desde que emitiera recientemente un capítulo en el que se criticaba a las empresas americanas que dan la espalda a sus valores por hacer negocios con Pekín.
Con la misma acidez e ironía de sus personajes, el dúo decidió pedir disculpas a su manera en Twitter por lo ocurrido. “Al igual que la NBA, damos la bienvenida a los censores chinos a nuestros hogares y a nuestros corazones. Nosotros también amamos más el dinero que la libertad y la democracia (….) ¡Larga vida al Partido Comunista de China!”, escribieron con sorna.
Más maleable se mostró la firma estadounidense de deportes electrónicos Blizzard Entertainment, que anunció la suspensión por un año del jugador hongkonés Chung Ng Wai después de que expresara su apoyo a las protestas en la excolonia británica durante una entrevista. Según la compañía, Chung infringió una regla que prohíbe a los jugadores participar en cualquier acto que “lo desprestigie entre el público, ofenda a una porción o grupo del público o dañe la imagen de la firma”, aunque no especificó cuál había sido su fallo.