Omar Treviño Morales, alias L-42 o Z-42, permanece en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México y afronta un nuevo juicio
Por su presunta participación en el delito de delincuencia organizada, con la finalidad de cometer delitos contra la salud, se dio cumplimiento a una nueva orden de aprehensión en contra de Omar Treviño Morales, alias L-42 o Z-42, líder del grupo Los Zetas.
Mientras que un juez federal sentenció a 11 integrantes de esta organización que trabajaban para el capo; uno de los cuales obtuvo una pena de 111 años de prisión.
Entre los sentenciados hay dos policías intermunicipales de Boca del Río, Veracruz. El juez Quinto de Distrito en el Estado de Veracruz dictó sentencia condenatoria contra los 11 delincuentes por ser penalmente responsables de los delitos de delincuencia organizada y secuestro.
“El Z42” era considerado el líder de Los Zetas desde 2013, luego de que su hermano Miguel Ángel, quien era conocido como el narcotraficante más sanguinario del país, fue detenido.
Como líder del grupo, Treviño Morales continuó la labor de su hermano y condujo a la organización en actividades como tráfico de estupefacientes, personas y armas, así como extorsión, secuestro y robo de hidrocarburos. A ello se suman las enormes cargas de cocaína que el grupo enviaba a Estados Unidos, por las cuales el capo tuvo una orden de extradición.
Fue en 2015 cuando detuvieron a “El Z-42”, en el municipio de San Pedro García Garza, en Nuevo León, además, la antes de su captura, la extinta Procuraduría General de la República (PGR) ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos por información que les ayudará para capturarlo.
Cuando fue detenido, las autoridades lo describieron como un hombre extremadamente violento y sanguinario. Fue recluido en el penal de máxima seguridad del Altiplano y en octubre de 2016 lo trasladaron al penal de Ocampo, en Guanajuato. Su estancia en este recinto fue corta, pues dos meses después fue regresado al Centro Federal de Readaptación Social del estado de México, donde enfrentaba un proceso por portación de arma de fuego, operaciones financieras con recursos de procedencia ilícita y privación ilegal de la libertad.
Durante todos esos años la orden de extradición contra el capo estuvo en curso, sin embargo, en febrero de este año se dio a conocer que un juez segundo de distrito en materia de amparo y juicios federales en el estado de México le concedió la suspensión de la orden.
Alejandro Omar Treviño, con su 1.74 de estatura y sus 108 kilos de peso tiene en su haber más de 2 mil ejecuciones, producto de la disputa con otras organizaciones criminales. En la actualidad operaba en Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León.
“Busquen en las presas”, dice “El Z-42” sobre desaparecidos en Coahuila
Omar Treviño Morales, “El Z-42”, fue “visitado” en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, por un oficial de la Fiscalía de Coahuila Especializada en la Localización y Búsqueda de Personas Desaparecidas.
El funcionario lo buscó para que confesara dónde se encuentran los centenares de víctimas que desaparecieron Los Zetas en el estado de Coahuila, y en todo el norte de México.
El “Z-42” presumía de haber ordenado la muerte de aproximadamente dos mil personas.
Los hermanos Treviño Morales eran temidos por propios y contrarios, a ellos les gustaba asesinar personalmente a sus víctimas.
La noche del 18 de marzo del 2011, Omar y Miguel Ángel, junto con otros sicarios, dispararon sus armas contra 40 hombres y mujeres entre los que había al menos dos menores.
Una de las víctimas era Gerardo Heat, familiar de un reconocido empresario local. A todos los asesinaron en un terreno a las afueras de Piedras Negras y sus cadáveres nunca aparecieron.
La confesión de Omar Treviño Morales debía ser voluntaria y para ganarse su confianza, el oficial le llevó un frasco de aspirinas, debido a que conocía que el capo sufre constantes dolores de cabeza.
Tras horas de interrogatorio, Omar finalmente le dijo al fiscal, “pues busquen en las presas”.
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Con información de PROCESO e Infobae