Aunque generalmente las personas que se infectan de COVID-19 se recuperan en quince días, existe un número considerable que continúa con síntomas por semanas o incluso por meses. Los científicos han atribuido estos padecimientos al COVID largo y al síndrome post-COVID también conocido como COVID persistente.
Mientras que para el COVID largo los síntomas se extienden por más de 28 días, el COVID persistente puede tener una duración de más de 12 semanas.
Con el objetivo de desarrollar una atención personalizada a los pacientes afectados por este síndrome, científicos del King’s College London, se dieron a la tarea de investigar los distintos perfiles de COVID persistente y su relación con el tipo de variantes de SARS-CoV-2, así como con el estado de vacunación de la persona en el momento de la infección.
En un estudio que realizaron a mil 459 personas que continuaban presentando síntomas 84 días después de haberse contagiado, descubrieron tres tipos distintos de COVID persistente que fueron clasificados de acuerdo a sus síntomas, duración, demografía y condiciones previas (comorbilidades). Aquí te decimos en qué consisten.
Tipos de COVID persistente
Un tipo de COVID persistente está conformado por pacientes con trastornos neurológicos que se caracterizó por síntomas como fatiga, confusión mental, depresión, delirio y dolor de cabeza. Este perfil corresponde en su mayoría a las variantes alfa y delta.
El segundo tipo se asoció con síntomas cardiorrespiratorios y con una variante salvaje de COVID en el caso de individuos no vacunados. El estudio identificó en estas personas daño pulmonar así como alta prevalencia de disnea, fatiga, palpitaciones y dolor torácico.
Por último, el tercer tipo estuvo presente en todas las variantes de COVID y se distinguió por síntomas sistémicos inflamatorios, abdominales y dolores musculares.
Estos hallazgos permitirán a los especialistas ofrecer una mejor y especializada atención a los pacientes con COVID persistente, según concluye el estudio.