(El Portal).-En una rutina marcada por el ritmo acelerado, las preocupaciones económicas y la sobreexposición a información, el estrés se ha convertido en un compañero constante de millones de personas. Lo que muchos no saben es que este estado mental puede tener consecuencias profundas en el sistema inmune, la principal defensa del cuerpo frente a enfermedades.
Cuando el cuerpo percibe una situación como amenazante o abrumadora, activa una respuesta automática: el estrés. Esta reacción provoca la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, que inicialmente ayudan a reaccionar con rapidez. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, este sistema de defensa deja de ser funcional y comienza a perjudicar al organismo.
Una de las principales víctimas de este desequilibrio es el sistema inmune. Bajo presión constante, su capacidad para responder ante virus, bacterias o células dañinas se reduce considerablemente. Esto hace que el cuerpo sea más vulnerable a infecciones comunes, que tarde más en sanar heridas y que incluso se alteren procesos como la inflamación, abriendo la puerta a enfermedades más complejas.
Además, el estrés prolongado puede alterar el equilibrio entre las células que regulan la respuesta inmune, provocando reacciones excesivas o, por el contrario, una respuesta débil. En ambos casos, el cuerpo queda expuesto a peligros que, en condiciones normales, podría manejar sin dificultad.
La conexión entre mente y cuerpo es cada vez más evidente. Lo que afecta al estado emocional, tarde o temprano, se manifiesta en la salud física. El agotamiento constante, la falta de sueño, la irritabilidad y la ansiedad no solo desgastan la mente, también apagan poco a poco los escudos naturales del organismo.
Frente a este panorama, aprender a gestionar el estrés no es un lujo, sino una necesidad.
Actividades como la meditación, el ejercicio regular, el descanso adecuado y el contacto humano sincero pueden ser aliados fundamentales para mantener el equilibrio entre mente y cuerpo. En un mundo donde todo parece urgente, cuidar la salud emocional es, sin duda, una forma de cuidar el sistema inmune.
Redacción
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