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Se ha demostrado que tomar pequeñas cantidades de agua durante las comidas puede ayudar a acelerar el proceso de digestión.
El agua es la bebida necesaria para que nuestro organismo esté bien hidratado y por lo tanto, es vital consumirla. El 60% de nuestro cuerpo es agua y se recomiendan entre 1,5 y 2 litros al día en una persona sana con una actividad física normal. Hasta aquí todo correcto.
En dietas de adelgazamiento se sugiere que se beba agua antes o a lo largo de las comidas para aumentar la sensación de saciedad, en cambio es mejor controlar un poco su ingesta durante las comidas de los niños para que no se llenen antes de hora. Ahora pasemos al tema que nos interesa, beber o no beber agua durante las comidas en una dieta normocalórica en edad adulta.
El agua puede diluir los jugos gástricos de nuestro sistema digestivo mientras comemos, pero no influye en la funcionalidad de la digestión y además ayuda a disolver aquellos alimentos que no hemos masticado de manera suficiente. Por lo tanto, beber agua antes, durante o después de comer sin ningún tipo de temor, pero siempre de forma pausada y relajada.
Con información Mayo Clinic
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