Aunque pueda parecer un momento de inactividad, el sueño es mucho más productivo(e importante) de lo que puedes pensar. De hecho, el cerebro y el cuerpo se mantienen activos al reposar, señala el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés), un organismo oficial de los Estados Unidos.
“El sueño afecta a casi todos los tipos de tejidos y sistemas del cuerpo: desde el cerebro, el corazón y los pulmones hasta el metabolismo, la función inmunológica, el estado de ánimo y la resistencia a las enfermedades”, explica la entidad.
Preocuparse de que este momento de la rutina diaria sea reparador y lo suficientemente sano, comienza por desmitificar algunas afirmaciones que pueden convertirse en grandes enemigos de la salud. He aquí tres mitos populares sobre el sueño.
Mito 1: a medida que envejecen, las personas necesitan dormir menos
La experiencia demuestra que la cantidad de horas de descanso que necesita una persona cambia con la edad. Al nacer, los bebes duermen entre 16 y 18 horas. Mientras que los niños y los adolescentes requieren, en promedio, entre 9 y 10 horas de reposo por noche. Por su parte, la mayoría de los adultos duermen entre 7 y 9 horas, detalla el NINDS.
No obstante, es común advertir que, muchas veces, las situaciones personales o laborales y/o la ingesta de algunos medicamentos provocan que algunas personas descansen menos horas de las recomendadas, lo que lleva a la falsa creencia de que los adultos no requieren tantas horas en la cama.
Pero eso no es más que un mito, y todos deberían descansar lo suficiente para conseguir un mejor rendimiento cerebral, tener un buen estado de ánimo y contar con buena salud, todos ellos beneficios asociados al sueño, advierten los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sis siglas en inglés), la agencia principal del gobierno de los Estados Unidos responsable de la biomedicina y la salud pública.
Mito 2: las horas de sueño “perdidas” se pueden recuperar
Estrechamente relacionado con el punto anterior, existe el mito de que las horas de descanso perdidas durante la semana se pueden “recuperar”, señala el NINDS. No obstante, dormir más tiempo durante los días libres no es suficiente.
En un estudio publicado en 2019 en la revista Current Biology, un equipo de investigadores analizó personas con descanso deficiente constante y personas privadas del reposo diario necesario que llegaban a dormir hasta tarde los fines de semana y concluyó que “el sueño de recuperación del fin de semana no es una estrategia eficaz para prevenir la desregulación metabólica asociada con el sueño insuficiente recurrente”.
Mito 3: dormir la cantidad de horas recomendadas es suficiente
Es probable que, si sientes mucho cansancio, puedas dormirte en cualquier lugar: en el transporte público, en el sofá o mientras miras una película durante el día. No obstante, la ciencia ha demostrado que no basta solo con dormir las horas recomendadas, el sueño debe ser reparador e ininterrumpido.
Y crear un entorno adecuado propicia el buen descanso. Mantener el dormitorio tranquilo, relajante y a una temperatura agradable es fundamental para el buen reposo, advierten los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la principal organización de servicios de Estados Unidos basada en la ciencia y los datos que protege la salud pública.
Además, esa entidad sugiere otras prácticas favorables, como acostarse y levantarse a la misma hora todos los días; apagar los dispositivos electrónicos al menos 30 minutos antes de acostarse; evitar las comidas copiosas, el café y el alcohol antes de acostarse; y hacer ejercicio regularmente.
Con información National Geographic
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