La neumonía es una infección respiratoria grave que inflama los alvéolos pulmonares, los pequeños sacos donde se realiza el intercambio de oxígeno. Estos se llenan de líquido o pus, dificultando la respiración y causando síntomas como tos, fiebre alta, flemas y dolor en el pecho.
Particularmente peligrosa en niños menores de 2 años, adultos mayores de 65 y personas con sistemas inmunológicos debilitados, la neumonía puede complicarse rápidamente si no se trata a tiempo.
La neumonía es una infección respiratoria grave que inflama los alvéolos pulmonares, los pequeños sacos donde se realiza el intercambio de oxígeno. Estos se llenan de líquido o pus, dificultando la respiración y causando síntomas como tos, fiebre alta, flemas y dolor en el pecho.
Particularmente peligrosa en niños menores de 2 años, adultos mayores de 65 y personas con sistemas inmunológicos debilitados, la neumonía puede complicarse rápidamente si no se trata a tiempo.
En México, según el INEGI (2023), esta enfermedad fue responsable de 33,937 muertes, un alarmante recordatorio de su impacto en la salud pública.
Síntomas principales de la neumonía
Reconocer los síntomas es clave para actuar a tiempo. Los signos más comunes incluyen:
- Dificultad para respirar (disnea).
- Tos persistente, acompañada de dolor opresivo en el pecho.
- Flemas espesas de color verdoso, amarillento o marrón.
- Fiebre alta (mayor a 39°C) y escalofríos.
- Fatiga extrema y náuseas.
- Coloración azulada en labios y uñas (cianosis).
Estos síntomas pueden variar en intensidad según la edad y las condiciones de salud del paciente.
Factores de riesgo: ¿Quiénes son más vulnerables?
Ciertos grupos enfrentan un mayor riesgo de desarrollar neumonía, especialmente bajo condiciones específicas como:
- Hospitalización prolongada, particularmente en unidades de cuidados intensivos.
- Uso de ventiladores mecánicos e intubación.
- Condiciones preexistentes como asma, EPOC, VIH/SIDA o enfermedades cardíacas.
- Fumadores activos o pasivos.
- Exposición a contaminantes, como solventes e insecticidas.
Otros factores, como la desnutrición, el hacinamiento y el uso prolongado de esteroides, también incrementan la vulnerabilidad.
Complicaciones graves de la neumonía
Si no se trata adecuadamente, la neumonía puede derivar en:
- Bacteriemia: Infección que se propaga a otros órganos.
- Derrame pleural: Acumulación de líquido alrededor de los pulmones.
- Insuficiencia respiratoria: Necesidad de ventilación mecánica.
- Abscesos pulmonares: Cavidades llenas de pus en los pulmones.
- Muerte, particularmente en pacientes hospitalizados o con sistemas inmunodeprimidos.
Prevención: Claves para evitar la neumonía
La prevención es fundamental, especialmente durante la temporada de frío. Estas son las medidas recomendadas:
- Vacunación: Protégete con vacunas contra influenza, neumococo y COVID-19.
- Higiene: Lava tus manos frecuentemente y evita tocar tu rostro con manos sucias.
- No fumar: Evita el tabaquismo activo y pasivo.
- Descanso: Dormir entre 7 y 8 horas fortalece el sistema inmunológico.
Diagnóstico y tratamiento
Para diagnosticar la neumonía, los médicos suelen recurrir a:
- Radiografías o tomografías de tórax.
- Cultivo de flemas y análisis de sangre para identificar el tipo de infección.
- Gasometría arterial, para evaluar los niveles de oxígeno en la sangre.
El tratamiento varía según la causa (bacteriana, viral o fúngica) y la gravedad. Es importante nunca automedicarse con antibióticos, ya que su uso inapropiado puede generar resistencia bacteriana.
Con información La Verdad Noticias
Síguenos en nuestras redes sociales: