Recuperar rutinas mejora la salud mental y el bienestar, según expertos

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Durante los últimos años, muchas personas han perdido el ritmo de su vida cotidiana. Lo que antes parecía automático —levantarse temprano, saludar al vecino o tomar un café con un amigo— hoy requiere un esfuerzo consciente. Sin embargo, según especialistas de Mayo Clinic, retomar los hábitos diarios puede ser una de las estrategias más poderosas para recuperar la salud mental.

El psicólogo clínico Craig Sawchuk, de la institución en Rochester, explica que las rutinas no solo organizan el tiempo, sino también la mente.

Esa sensación de pérdida de control, tan común en la actualidad, puede derivar en apatía, ansiedad e insomnio.

El poder de los hábitos para la mente y el cuerpo

La ciencia confirma que mantener horarios regulares para dormir, comer y socializar activa los sistemas biológicos que regulan el estado de ánimo, la energía y la concentración. Los especialistas de Mayo Clinic señalan que las rutinas diarias son un ancla emocional que permite reducir el estrés y mantener la mente enfocada.

Además, los hábitos estructurados ayudan a mejorar la toma de decisiones, reduciendo el cansancio mental. Quienes tienen un ritmo estable para sus actividades tienden a sentirse más satisfechos con su vida y a rendir mejor en el trabajo o los estudios.

Por el contrario, la falta de estructura puede desatar un efecto dominó de desorganización interna: dormir mal, comer sin horarios y aislarse socialmente termina afectando el equilibrio emocional.

Estrategias para recuperar rutinas saludables

Reconstruir una rutina no significa volver al pasado, sino crear nuevas estructuras que se adapten al presente. Los expertos recomiendan comenzar con pequeños pasos, eligiendo un cambio sencillo pero significativo: acostarse a la misma hora, caminar 20 minutos diarios o preparar las comidas con un horario definido.

El secreto está en la constancia. Practicar la nueva conducta durante varios días permite evaluar cómo impacta en el ánimo, la energía y el sueño. Si se perciben beneficios, el siguiente paso es consolidar el hábito y sumar nuevos retos.

También es esencial incluir el contacto social. Recuperar espacios de convivencia —ya sea una llamada a un amigo, un paseo con familiares o actividades comunitarias— refuerza la motivación y reduce la sensación de soledad.

Sawchuk destaca que el acompañamiento social actúa como un motor emocional:

“Compartir tus metas con otros te da apoyo, recordatorios y una red que celebra tus logros”.

Paciencia, autocompasión y bienestar duradero

Restablecer la rutina es un proceso que exige paciencia, autocompasión y flexibilidad. Los especialistas insisten en que equivocarse o tener recaídas no es un fracaso, sino parte del aprendizaje. Cada pequeño avance —levantarse más temprano, sentirse más descansado o disfrutar de una comida sin distracciones— es una señal de progreso.

Al final, la recompensa de este proceso no se mide en productividad, sino en bienestar. Recuperar los hábitos cotidianos permite reconectar con uno mismo y con los demás, generando una sensación de equilibrio que fortalece la mente y el cuerpo.

Con información de La Verdad Noticias.

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