Un estudio reciente sobre los hábitos para dejar de fumar, publicado en la revista JAMA Psychiatry, ha aportado novedades importantes: ¡se han identificado los mecanismos cerebrales para dejar de fumar!
Exactamente, se ha revelado que la posible fortaleza o debilidad de los mecanismos cerebrales de inhibición del cerebro sirve para condicionar la facilidad o dificultad para dejar de fumar.
Para muchos fumadores, dejar de fumar es algo muy complejo. ¿Cuáles son las razones? La nicotina es el primer elemento adictivo, pero hay mucho más. Continúa leyendo para descubrir todo al respecto.
Mecanismos cerebrales para dejar de fumar
Fumar es un comportamiento automatizado y solamente puede ser controlado (y también inhibido) mediante determinados circuitos cerebrales. Este tipo de circuitos estarían interrumpidos y no funcionarían correctamente en muchos fumadores.
La persona que fuma un paquete diario de cigarrillos ha llegado a convertir este hábito en algo repetitivo, mecanizado, que necesita hacer por una cuestión mental. Y esto va mucho más allá de la adicción a la nicotina o a otras sustancias inherentes al tabaco.
Uno de los datos que arroja el estudio es que a menor nivel de oxigenación de la sangre del circuito de control de la inhibición, mayor es la probabilidad de que la persona resista la tentación de fumar. Así, habría importantes condicionantes neurobiológicos que explicarían por qué algunos fumadores tienen más dificultades para dejar el tabaco.
Con estos datos en la mano, los científicos analizan el posible potencial de los diferentes tratamientos, bien sean farmacológicos o de cambios de comportamiento.
Estas terapias tendrían como finalidad reforzar la comunicación en el circuito de control de la inhibición de las personas fumadoras. Y ayudar a estas personas a dejar de fumar.
En el origen de estas investigaciones, se examinaron las redes de control inhibitorio en los cerebros de varios fumadores. Estos eran dependientes de la nicotina y se comprometieron a probar un programa de abandono del hábito de fumar de varias semanas de duración.
Al comienzo del programa, los investigadores emplearon una resonancia magnética funcional para monitorear la actividad cerebral. A la vez que los pacientes que querían dejar de fumar realizaban tareas de control inhibitorio.
Los participantes en el estudio tenían que apretar una tecla del ordenador cada vez que apareciera un círculo de color en la pantalla. En algunas ocasiones aparecería un círculo de otro color.
Las respuestas relacionadas con el nivel de oxigenación de la sangre indican que el cerebro usaba más recursos para inhibir la respuesta automática de presionar la tecla cuando aparecía el círculo “raro”.
Buenos hábitos para dejar de fumar
Identificar los mecanismos cerebrales para dejar de fumar es fundamental de cara a lograrlo. Es decir que necesitas identificar aquellos momentos en que existe mayor propensión a fumar. ¿Por la mañana? ¿Tras la comida o haber tenido relaciones sexuales? ¿Conduciendo un automóvil?
También funciona pedir ayuda a la familia, amigos y compañeros de trabajo.
- Hay que informar de la fecha en que el tratamiento comenzará. Para entonces el fumador se tiene que deshacer de todos sus cigarros y el rastro de ello.
- Asimismo, debe limpiar todo lo que huela a humo, como ropa y muebles.
- En aquellos lugares donde había costumbre de tener cigarrillos, se pueden colocar golosinas, caramelos o galletas.
- Es efectivo, sobre todo para personas muy dinámicas o nerviosas, encontrar actividades que ocupen sus manos y tengan la mente entretenida. Prueba con los juegos en el móvil o los crucigramas.
Con información de Mejor Con Salud
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