Por: Daniel Rangel
Algunos dicen que las amistades son para toda la vida, y hay algo razón en eso, aunque seguramente te vendrán a la mente algunos con quienes has perdido la cercanía o incluso la relación.
TENGO UN AMIGO QUE…
Aunque nos haga sentir importantes al decir que tenemos amigos que tienen un buen posicionamiento y reconocimiento social o profesional, no siempre existe una auténtica amistad porque, para que exista tal, es primordial que haya aprecio e interés hacia la persona del otro individuo, y viceversa.
Existen diferentes grados de amistad: los mejores amigos; los amigos; y los cuates, camaradas o compas. En cualquier caso, ninguna está exenta de marchitarse, pues una amistad se procura para mantenerla viva, independientemente del grado de cercanía.
Si yo corto el pelo, no es lo mismo cobrarle menos a mi vecino veterinario que revisó a mi perrita (y que ni siquiera es mi amigo), que al excompañero con el que me juntaba en la prepa que ni siquiera me felicita en mis cumpleaños y hasta me deja de responder los mensajes.
NUESTRA RED DE APOYO
Conforme conocemos gente a lo largo de la vida conformamos una «lista» de las personas en las que creemos que podemos confiar, apoyarnos, acudir en caso de requerir algo. Si observamos con cuidado notaremos que, al final, tienen o nos brindan algo muy valioso de su persona que necesitamos y apreciamos significativamente. Esto guarda una implicación importante en las relaciones de amistad, porque en la medida que nos brindan ese algo, se da lugar a la reciprocidad.
La reciprocidad, entonces, es la que mantiene una relación; mientras…: me das-te doy, te doy-me das; no me buscas-no te busco, no te busco-no me buscas; me ayudas-te-ayudo, te ayudo-me ayudas; etc.
La reciprocidad no es precisamente lineal como lo ejemplifiqué, pero es una forma de ilustrar el equilibrio del vaivén entre ambas partes: tal vez mi hermana no me felicitó en mi cumpleaños, pero no por eso yo no te felicitaré, porque tal vez me dio ride todo el mes y me cuidó cuando estaba enfermo.
FALTA DE SENSIBILIDAD
Es habitual encontrar en la gente una carencia de sensibilidad que impide advertir las necesidades y deseos de las demás personas. Esta es una de las razones por que las amistades muchas veces no suben de nivel, e incluso se marchitan y pierden, por desatender, a causa de esa falta de sensibilidad, lo que la amistad quiere y necesita.
Si el amigo no satisface la necesidad de ser escuchado, apoyado, sentirse apreciado, tarde o temprano actuará en consecuencia a esa falta, distanciándose, cambiando su actitud a una resentida y desinteresada, y/o cortando el contacto.
Hay ocasiones excepcionales en que las situaciones personales de uno lo agobian y es necesario hablar con un amigo, donde la mayor parte del tiempo la plática se centra en los problemas que uno está viviendo, sin dar oportunidad al amigo de que hable sobre él. Insisto: son ocasiones excepcionales; no obstante, hacerlo una dinámica recurrente hará que el amigo no se sienta amigo.
TODO CAMBIA
Las amistades, como todo, están sujetas al cambio, el cual puede hacer que se vayan modificando para bien o para mal. A continuación leerás algunas causas que pueden afectar la cercanía en una amistad.
- Lugares y actividades en común. Basta con que dejen de coincidir para que haya distanciamiento (graduarse de la escuela, cambiarse de trabajo, mudarse más lejos, etc).
- Nuevos roles. La maternidad, el matrimonio, cuidar de una mascota, conllevan prioridades y responsabilidades que demandan ser atendidas, además de la modificación de las dinámicas, actividades y tiempos que dificultan atender la vida social.
- La edad. Crecer cambia la forma de ver la vida, se modifican los gustos, valores, algunas creencias, que vuelve complicado seguir compaginando con los amigos del pasado.
- Ocupaciones. Realizarlas conlleva un desgaste energético y falta de tiempo como para atender asuntos que no son urgentes o prioritarios (el trabajo, lavar la ropa, llevar al papá a sus consultas, hacer trámites, compras y pagos, etc.).
- La pareja. Hay amistades que se enfrían con la llegada de un tercero por la falta de compaginación entre el amigo y la pareja, o para evitarse un problema con el amigo o su pareja.
- Deslealtad, resentimiento, peleas. Hay disconformidades tan grandes que indisponen a uno o a ambos a solucionar el problema, independientemente de si se puede o no salvar la amistad.
Uno o más de estos factores pueden propiciar el distanciamiento, que al final, se resumirán en un: ay, pues si le interesa, que me busque; y quizá se complemente con un: ella se alejó / siempre cancela / él dejó de responder / nunca va / nada más me habla cuando tiene problemas; o alguna otra que no anoté pero conoces muy bien.
Y en parte hay razón en esto porque para que la reciprocidad sea tal, necesita equilibrarse con acciones que demuestren un aprecio e interés, o su opuesto: desinterés y falta de aprecio.
UN AUTOANÁLISIS
Haz un análisis de las personas que consideras actualmente tus amistades más cercanas y de mayor confianza. Seguramente te darás cuenta de que, o ya no son las mismas personas o ya no guardan la misma cercanía que en el 2019, por poner una fecha de referencia; unas se han enfriado y hasta roto el vínculo, una minoría se ha mantenido, y con otras se está creando un vínculo amistoso prometedor.
Haz un repaso a consciencia y te darás cuenta con quién todavía, con quién ya no tanto, con quién ya nada, con quién se está dando y a quién se le puede dar otra oportunidad.
Las amistades no necesariamente se pierden por algo malo que pasó entre los dos, como dije antes, hay circunstancias que simplemente impiden continuar con la relación, así como hay circunstancias que nos llevan a crear nuevas o a retomar las antiguas.
Mientras actualizas tu lista iré por la botella y las copas para brindar por las grandes amistades; ya me cuentas qué cambios ha tenido en la próxima ocasión.
Ci vediamo!
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