Por Daniel Rangel
Tú y yo formamos parte de alguna organización, puede ser una empresa, algún negocio, una asociación civil, alguna organización religiosa, una compañía de baile o canto, un partido político, etc., porque una organización se define como un grupo de dos o más personas que están reunidas con un fin común.
Inevitablemente en la organización en la que estás de una u otra forma has tenido conflictos, ya sea entre compañeros o entre áreas o departamentos. Su origen pueden ser diversas causas, por ejemplo: que fulanito no entregue las cosas a tiempo ni en forma; hábitos y costumbres en las formas de trabajar; diferentes prioridades… ¡El conflicto será inexorable! Pero, ¿si te dijera que sus consecuencias podrían serte benéficas? ¡Vamos, dame un voto de confianza!, déjame darte una perspectiva positiva.
POLO POSITIVO + POLO NEGATIVO = ENERGÍA
Si a una pila le quitamos uno de sus polos dejaría de ser funcional. Para que dé energía es necesario que sus polos positivo y negativo estén juntos. Tu vida y la mía son como una batería, preparados para dar energía y hacer cosas provechosas, pero es necesario que tu polo negativo (los conflictos) cohabite con tu polo positivo (los logros, satisfacciones, habilidades, aptitudes, sueños, metas, etc.).
El polo negativo tipifica los momentos de tensión que nos obligan a salir de una zona de confort; sin problemas no habría posibilidad de compromiso para que una persona cambie, y sin cambio no habría mejoras en la calidad de vida personal y laboral; y por tanto, resultados favorables en ambas áreas.
Así como en las pilas el polo positivo es el que consume energía y el negativo quien la proporciona, en las personas aplica una forma muy similar. Tu polo positivo (sueños, metas…) consume mucha energía que necesita ser alimentado con tu polo negativo (problemas, tensión). Suena irónico que lo negativo nos alimente, ¿cierto?, ¡pero pasa! La vida necesita de equilibrios para ser funcional; sin problemas no hay posibilidad de evolución.
LUZ EN LAS TINIEBLAS
Cuando hay problemas se tienden a crear bandos: los que apoyan a fulanito, los que se oponen a él… Y es justo aquí cuando a través de 4 características apreciamos en su máximo esplendor las consecuencias positivas de los conflictos:
· Mayor cohesión en los grupos: Cuando algo pone en amenaza los intereses del grupito con el que te juntas o con los que colaboras, dejan de lado las diferenciales personales, se
hacen más leales y los integrantes se hacen más activos, los que casi no hablaban o participaban, ahora lo hacen.
· Liderazgo autocrático: En situaciones cuando el problema es muy fuerte o muy grande, la democracia deja de ser un buen método para confrontar el caos. Los grupos suelen nombrar un representante al cual le dan toda la autoridad para que sea quien tome decisiones importantes, negocie o defienda los intereses de su gente.
· Concentrados y activos: Las personas centran su energía y tiempo para hacer sus tareas o responsabilidades al 110%, no hay margen para el error porque están concentrados en vencer o superar a otro grupo con el cual tienen conflicto.
· Lealtad: Las disputas generan que este valor irradie porque los intereses de los grupos superan los personales. En los momentos de conflicto los grupos no le dan la espalda a uno de los suyos.
CONCLUSIÓN
Los problemas per se claro que son malos, ¿a quién le gusta estar pasando por momentos que drenan las energías? Sería descabellado que alguien disfrute vivir situaciones aparatosas y complicadas. Sin embargo, tenemos la oportunidad de crecer si cambiamos nuestra óptica respecto a cómo nos planteamos ese problema. Las situaciones pueden ser buenas o malas… todo depende del cristal con que las mires.
Los problemas son inevitables y necesarios para crecer. Es altamente probable que por una disyuntiva con una persona de mayor jerarquía que tú o con algún grupo de tu trabajo, escuela, o el lugar en el que colabores, te hicieras más unido a tus compañeros, tu grupito diera lo mejor de sí con tal de vencer a otras personas, sintieras apoyo y respaldo por la lealtad generada…
¿Ves? De algo malo pudo salir la mejor versión de ti. Para que el barro sea vasija tiene que pasar por el fuego.
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