Me cuesta trabajo hablar con otros

Por: Daniel Rangel

¿Alguna vez alguien se imaginó que un acto tan cotidiano como platicar iba a ser para muchos tan difícil como aprobar un examen sin haber estudiado? Si estás aquí es porque es altamente probable que te identifiques, así que: bienvenido al club de los que tienen problema para sociabilizar; es una dificultad muy común.

Al consultorio llega mucha gente mencionando que padece esta dificultad. Quien está libre de esta preocupación puede parecerle poca cosa; sin embargo, guarda implicaciones que afectan el estilo de vida, la autopercepción, la autoestima. A continuación veremos…

…ALGUNAS CARACTERÍSTICAS GENERALES

Existen dos tipos de personas con este problema: quienes evitan los contextos donde la interacción los vulnera y quienes pretenden integrarse a los grupos sociales.

Los primeros se vuelven retraídos y antipáticos para acudir a eventos, fiestas, e incluso a clases. En el caso de quienes pretenden ser integrados se aproximan a grupitos previamente formados participando solo con risas o comentarios limitados, buscando que los demás los involucren en la plática, las actividades y en el círculo de amistad.

Ya que se infravaloran, llegan a decir o hacer tonterías en su afán por ser aceptado en algunos grupos sociales. Su comunicación no verbal es aguada, relacional a su baja autoestima.

CARACTERÍSTICAS EN ALGUNOS CONTEXTOS

En la escuela llega a estar solo o juntarse con otras personas con su misma condición. A la hora de formar equipos de trabajo puede quedarse sin equipo siendo el profesor quien lo integre a uno. No participa en clases por temor a equivocarse o a que se rían de él. Se ensimisma en alguna actividad en tiempos muertos: dibujando, oyendo música con audífonos, adelantando tareas, etc.

En el trabajo algunos se dedican exclusivamente a sus labores sin permitirse chascarrillos de pasillo; no asiste a reuniones sociales con los compañeros al salir del trabajo; o si acude habla poco o nada.

EL CONTEXTO FAMILIAR

Las características que mencioné con anterioridad se presentan en contextos específicos, no así con cualquier persona con la que se relacionan. Esto podría ser una pista para hacer una reflexión interesante sobre la forma en que han hecho las relaciones con las que se siente a gusto; después de todo, esas relaciones no se formaron solas ni exclusivamente por la contraparte, se fueron trabajando hasta llegar al punto de sentirse en confianza para desenvolverse a gusto.

En los contextos familiares (familiar en el sentido de conocido, cercano, no de lazos sanguíneos) pueden sentirse confiados, expresarse con mayor fluidez, siendo proactivos en la conversación, incluso gritones; una cara contrastante con la timidez y silencio con la que se les puede percibir fuera de esos contextos.

IDENTIFICÁNDOME CON…

Aunque pareciera un problema lineal este embrollo tiene tres modalidades:

· Empezar una charla. Ocurre en personas que no saben cómo iniciar una conversación, pero una vez que alguien los invita a conversar la continúan bien.

· Empezar y mantener una charla. Hay problemas en general para relacionarse de principio a fin. La timidez, el temor, la falta de confianza, les impide desenvolverse apropiadamente.

· Continuar ante la proactividad de la contraparte. Esta variante se puede presentar con las dos últimas, pero más marcada en quienes tienen dificultad generalizada para la sociabilidad, por ejemplo, al interactuar con otra persona que también tiene sus habilidades de sociabilidad limitadas, la comunicación de ambos vuelve pesada la fluidez hasta hacer incómoda la interacción e imposibilitar la continuidad de la conversación.

¿POR QUÉ LA DIFICULTAD PARA SOCIABILIZAR?

Hasta ahora he obviado que este problema se da al platicar con gente que nunca se ha visto en la vida o que solo se conoce de vista aunque hayan compartido el mismo espacio por largos tiempos, como en la escuela, el gimnasio, el trabajo, la iglesia, etc., que finalmente son desconocidos.

Para responder a la pregunta de este apartado, consideremos 3 aspectos.

El primero: puesto que son desconocidos, existen muchos pensamientos con respecto a cómo se perciben y a cómo uno se percibe a sí mismo frente a lo que se cree que esas personas son. En pocas palabras, habitan prejuicios, es decir, ideas infundadas, sobre las percepciones que se tienen del otro y de sí mismo.

Los problemas de autoestima también están relacionados con este problema. En la medida que me infravaloro limito mis capacidades, me juzgo, me critico, me pongo la vara alta, no me siento interesante, me siento poco para la otra persona y lo que puedo ofrecerle.

Finalmente, el desconocimiento de técnicas que impiden mejorar la comunicación en cada una de las modalidades del subtema anterior.

¿CÓMO MEJORAR ESTAS HABILIDADES?

Quizá te parezca familiar el ejemplo de no hablarle a alguien porque «es bien alzado» aunque no se pueda justificar ese planteamiento. O el de no hablarle a la chica guapa porque nunca se va a fijar en ti; ¿cómo lo sabes?…

El problema no es que fulano sea muy creído o mengana muy fresa, sino los prejuicios y la infravaloración que me llevan a percibirme y percibirlos así. Estos ejemplos develan que para tener resultados más eficaces en la sociabilidad es necesario hacer un trabajo personal en estos aspectos con ayuda de un psicoterapeuta.

Ten en cuenta que para superar este problema será necesario incomodarte interactuando con la gente; obviamente esto va acompañado de una serie de tips puestos en práctica. El conocimiento sin ejecución sirve como un lingote de oro en el desierto.

UN PAR DE TIPS

Los siguientes tips son para iniciar plática con un desconocido, como el repartidor de garrafones que te provee, o la vendedora de ropa que te atiende, por ejemplo.

Válete de medios en común. Si en el restaurante está el partido de la Selección en la pantalla, usa ese medio con el mesero: ¿Cómo vamos, ganando o perdiendo?

Válete de memes populares y jerga de internet.

Vas a la tiendita por un six/refresco: Con este calor ya me dio sed de la peligrosa.

Usa vocabulario informal pero respetuoso para amainar la seriedad de la interacción, y que fluya.

Vas por un elote y el vendedor te pregunta de cuál chile: ¡Qué pasó! Échele del chido, del bravo. Aquí es donde se demuestra quién sí y quién no es mexicano.

Ve películas, series internacionales para que tu creatividad se agrande y seas ingenioso a la hora de contestar. El humor laxa las barreras entre la gente.

Cíñete a hacer breves interacciones con uno o dos comentarios, sin afanarte en más, y haz observaciones para ponerlas en práctica en futuras ocasiones. Mientras tanto, yo me iré a preparar un taller para ayudarte a mejorar tus habilidades de sociabilidad, ya que este es un tema más amplio como para resumirlo a un par de tips. Ahí los espero, ¿eh?

Ci vediamo!

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