Tengo miedo de decir lo que pienso

Por:Daniel Rangel

El temor para expresarse es un asunto muy presente en la vida de muchísima gente; por ejemplo, sentir disgusto con un comentario que te hicieron y aguantarte pese a tu molestia; o si eres tímido, puedes verte impedido para platicar con fluidez sin pensar qué sí y qué no puedes hablar. El común denominador de estas situaciones es quedarse callado por temor a causar molestias o problemas.

Si has batallado con esto, de una vez te anticipo que puedes llegar a manejar muy bien este problema con la preparación adecuada.

¿Qué hay detrás de este problema?

Recordemos el meme de Fred, de Misterio a la orden, ese de: “Veamos quién está detrás de esto”, mientras quita la capucha para develar la identidad del supuesto fantasma; si hiciéramos esto mismo con el temor de decir lo que se piensa, al quitar la capucha cada uno descubriría que se trata de su propia autoestima y sus habilidades de comunicación precarias.

Entre algunos de los temores que están detrás de esto se encuentran: no sentirse interesante y aburrir a los demás, hablar de algo que pueda ofender a algún presente, externar un disgusto que cree una pelea.

También mencioné la autoestima, pues al final hay una autopercepción de insuficiencia, una autoevaluación personal deficiente: “no soy interesante”, “mejor sufro yo (aguantándome lo que necesito expresar) que ellos”. Son indicios claritos de una autoestima flácida flácida.

Se trata de creencias que no solo restringen la libertad para expresarse, sino que lleva a pagar los altos costos de ello y también a mantener la percepción de sí mismo empobrecida.

¿Cómo puedo manejar este problema?

A continuación te presento algunos puntos a considerar de acuerdo a los diferentes problemas relacionados con el temor a expresarse.

A. Ponte en el lugar del otro. Cuando estés en esta situación, pregúntate cuál crees que sea el pensamiento que les permite a los demás hablar sin este temor, pues así como tú te riges con una creencia que te restringe, ellos también se rigen por una que les permite hablar sin problema.

B. Deja de idealizar. Usualmente se tiende a idealizar las relaciones, donde todo debería ser alegría, risas, favores, buenas pláticas…; de manera que cualquier disgusto se reprime para no echar a perder la relación. Que no se te olvide: toooda relación está expuesta a discusiones, desacuerdos, disgustos e incluso peleas. No se trata de engrosar los problemas, tampoco de reprimirlos para ignorarlos como si nada hubiera pasado, pues ambas posibilidades harían, de una chispa, un incendio; se trata de defender la propia posición sin joder al otro.

C. Discutir no es pelear. Las discusiones implican la edificación de la relación. Al abrirse a escucharse mutuamente respetando los puntos de vista se facilita la sintonización para fortalecer la relación. Pelear es joderse, perderse el respeto. Si lo que hablas llega a incomodar al otro, aclara lo que quisiste decir, seguramente tu intención es pasarla bien, no joder al otro, ¿o sí?

D. Comunica sin juzgar. Cuando algo te afecte, evita calificar de forma negativa la acción del otro; habla desde tu persona, de cómo piensas y lo sientes, y cómo puede afectarte a ti o al común. Por ejemplo, en vez de decir: «Sinceramente, tomas decisiones muy malas», di: «En muchas decisiones que se han tomado varios nos hemos visto afectados, porque trabajamos más y nos pagan lo mismo».

E. Vuélvete interesante. Es verdad, hay personas que son realmente fastidiosas: hablan de sí y se alaban la mayor parte del tiempo; no te dejan hablar, o por el contrario, no hablan; les cuentas algo y se quedan calladas; son precipitados para opinar sin haberte escuchado; no se les entiende por tener mala dicción, porque hablan muy rápido o muy quedito; hablan del mismo tema en cada ocasión o de temas extravagantes que no le interesan a los demás; se quejan de cuanto se les atraviesa…

En tales casos, haz lo contrario: infórmate de temas cotidianos, sociales, científicos, deportivos, políticos para tener diversos temas de conversación; escucha para poder opinar; habla claro y con tono firme… Capisci?

F. Reconoce tu valor. La gente quiere estar cerca de alguien que le aporta positivamente. ¿Sabes qué es lo que los demás ven en ti por que quieren estar contigo? Saberlo te ayudará a tener más confianza en ti mismo.

G. Si no eres tú, ¿quién? Acuérdate que los dichos guardan sabiduría en sus versos; recuerda este: al que no habla, Dios no lo oye. En tanto te quedes callado, los otros seguirán haciendo aquello que te afecta. Tu silencio les ayuda a seguir haciéndolo. Que no te condene tu silencio, en ti está parte de la solución.

Hay muchos tips al respecto, pero este es solo un escrito breve, no un manual de soluciones. En tal caso, la psicoterapia te ayudará mucho mejor, de una forma más personalizada y puntual. Por lo pronto, pon en marcha estos tips y me platicas cómo te fue.

Ci vediamo!

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