En 2015, hace cuatro años, el cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) comenzaba a consolidar su poderío criminal de la mano de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”; sin embargo, no fue hasta mayo de ese año cuando esta organización criminal comenzó a sonar en todo el país.
Apenas un par de años atrás, Oseguera Cervantes y compañía se separaron del cártel de Sinaloa, donde fungían como brazo armado llamados “Los Matazetas”. Se unieron con “Los Cuinis”, formada por una larga lista de hermanos –entre ellos su esposa Rosalinda González Valencia–, para crear el CJNG.
El primero de mayo del 2015 inició el “Operativo Jalisco”, donde elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Marina (Semar), la Procuraduría General de la República (PGR), el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y la Policía Federal, incursionaron en dicho estado para combatir el crimen organizado.
Las tierras jaliscienses han sido –en distintos tiempos– bastiones criminales y financieros de los cárteles más peligrosos del país, primero en los ochenta lo fue el cártel de Guadalajara, luego en los dos miles lo fue el cártel de Sinaloa y ahora, en la segunda década del nuevo milenio, lo es el CJNG.
Aquel viernes, día de asueto nacional, por tierra y por aire las fuerzas federales comenzaron el operativo, el objetico era detener a “El Mencho”, responsable de la violencia en el estado.
Uno de los cuatro helicópteros detectó un convoy de vehículos atípicos, cuando estos se percataron de la presencia de las autoridades comenzaron a dispararles. Los atacantes eran miembros del CJNG, entre los que se presume estaba Oseguera Cervantes.
Los narcotraficantes, entonces, atacaron al helicóptero de las fuerzas federales con un cohete impulsado por granadas provenientes de un lanzador de origen soviético RPG.
El misil pegó en la cola del helicóptero, ocasionando un aterrizaje de emergencia, lo que, a su caída, provocó que se incendiara.
De los 18 uniformados a bordo de la aeronave –11 militares, dos policías federales y cinco miembros de la tripulación– nueve murieron, mientras que los sobrevivientes reportaron graves quemaduras.
Era la primera vez que un cártel de la droga derribaba a un helicóptero de las fuerzas federales en combate.
La Silla Rota