El Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas señaló que las familias no pueden regresar a sus viviendas porque fueron totalmente calcinadas.
Más de 80 familias desplazadas de las comunidades Guerrero Grande, Ndoyonoyuji y Mier y Terán, siguen refugiadas en una iglesia y en una instalación del INPI, tras los ataques de un grupo armado a las comunidades de San Esteban y Atatlahuca, Oaxaca, informó el Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas A.C. (Cedhapi).
Detallaron que las familias no pueden retornar a sus hogares porque no tienen a donde llegar, ya que, sus casas fueron totalmente calcinadas.
“Estas familias se encuentran viviendo en forma inhumana en la iglesia de la comunidad de Guerrero Grande sin servicio de agua potable, alimentación, existiendo un gran número de niños, niñas y ancianos”, señalaron en un comunicado.
Reconocieron la ayuda humanitaria brindada por la Secretaría de Gobierno de Oaxaca, pero aseguraron que no es suficiente.
Detallaron que 70 familias de la comunidad de Guerrero Grande se encuentran viviendo una iglesia de la comunidad de Guerrero Grande, y otras familias se encuentran refugiadas en la comunidad de Mier y Terán.
Así como 16 familias de la comunidad de Ndoyonoyuji están en las instalaciones el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) en la Ciudad de Tlaxiaco.
Respecto a la versión de que han retornado 75 familias a sus hogares, el Cedhapi dijo que solo fue de forma provisional para ir a buscar a sus animales que se perdieron durante la agresión armada.
El centro dijo que valora que el gobierno de Oaxaca reconozca que existe desplazamiento forzado interno de personas en las comunidades de Mier y Terán, Guerrero Grande y Ndoyonoyuji, San Esteban Atatlahuca, por lo que pidieron que, con base a los estándares del derecho internacional humanitario, se protejan los derechos humanos de las víctimas.
Vigilancia en comunidades de Oaxaca
Respecto a la vigilancia, el Cedhap indicó que solo en la comunidad de Guerrero Grande hay presencia del Ejército, Guardia Nacional, y una camioneta de la policía estatal; sin embargo, denunciaron que en Mier y Terán no hay elementos de ningún cuerpo policiaco ni militar.
“Los habitantes de esta comunidad viven en un estado de zozobra y miedo por el temor de que sean agredidos”, dijeron.
El 25 de octubre, el Cedhap denunció que al menos 5 personas fueron asesinadas y casas incendiadas por un grupo armado de aproximadamente 70 personas que irrumpió en las comunidades de Guerrero Grande y de Mier y Terán, en el municipio de San Esteban Atatlahuca, en Oaxaca.
Un día después, detalló que había once personas desaparecidas y 120 casas incendiadas.
Con información de Animal Político
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