El gobierno federal ya tiene nuevos resultados del análisis de ADN sobre restos óseos recolectados en el contexto de la investigación de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, realizados en el Instituto de Genética de la Universidad de Innsbruck, en Viena, Austria.
Aún no se define si el presidente Andrés Manuel López Obrador se volverá a reunir con los padres de los estudiantes desaparecidos en Iguala y, en todo caso, entregarle de forma directa al grupo esos resultados o bien, si se harán públicos a través de la Comisión presidencial para la Verdad y la Justicia en el caso Ayotzinapa (Covaj).
La reunión entre el Presidente y los padres está en stand-by después de la destrucción de una puerta de Palacio Nacional en la calle de Moneda y la demanda presidencial de que el encuentro con los padres sea sin intermediarios, sin los abogados de éstos. Los padres han dicho que de esa forma no habría reunión.
Desde hace varios meses, por valija diplomática la Fiscalía del Caso Iguala embaló y envió a la Universidad de Innsbruck distintos paquetes con restos óseos encontrados en los recorridos que han realizado grupos de investigadores forenses de la Unidad Especializada en Investigación y Litigación del Caso Ayotzinapa (UEILCA).
El grueso de los restos óseos que han sido enviados para su investigación genética son los que han logrado recolectar a partir de que se intensificaron las búsquedas sobre los 17 estudiantes que la noche del 26 de septiembre de 2014, fueron llevados y luego sacados de la sede de la cárcel municipal de Iguala, Guerrero.
Específicamente, en este episodio de la desaparición de los normalistas está directamente vinculado Gildardo López Astudillo, alias El Gil, que desde 2020 se convirtió en testigo protegido, habiendo sido una de los perpetradores del crimen y que desde el miércoles pasado solicitó un amparo para evitar se aprehendido, en virtud de que la fiscalía del caso no obtuvo los resultados prometidos a parir de sus declaraciones ministeriales.
De acuerdo con las investigaciones, tanto de la desaparecida Procuraduría General de la República (PGR), como de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en su recomendación 15VG/2018, retomada por la FGR, un grupo de estudiantes, entre 23 y 28 salieron de la sede policiaca de Iguala y los llevaron rumbo a la colonia Loma de Coyotes.
La búsqueda de indicios sobre el paradero de este grupo de jóvenes, que en todo caso no serían los mismos que pudieron haber sido incinerados en el basurero de Cocula y arrojados al cauce del río San Juan, es al que se han abocado en los últimos meses los investigadores del gobierno federal.
Reportes oficiales señalan que parte de los restos óseos fueron localizados, en algunos casos, vía satélite.
La ubicación de los restos óseos se logró a partir de las declaraciones de algunos de los involucrados, entre ellos, Gildardo López Astudillo, que podría ser arrestado en los próximos días. Quizás porque no se logró la identificación positiva de alguno de los 17 normalistas.
La expectativa de poder encontrar algún resultado en el ADN de los restos óseos enviados a Innsbruck se ha manejado desde hace semanas entre los padres de los normalistas desaparecidos y su interlocución gubernamental.
Las autoridades de la Covaj informaron a los padres que las investigaciones de la desaparición de los normalistas se habían centrado en la localización del grupo de 17 estudiantes que viajaban en el autobús 1568; que la noche del 26 de septiembre de 2014 fueron llevaron a las instalaciones de la policía de Iguala y 30 minutos después sacados del lugar, rumbo al sitio conocido como Loma Coyotes.
La información que se proporcionó a los padres desde hace semanas fue que las búsquedas se habían intensificados y se enfocaban en la localización de los 17 estudiantes que fueron sacados de la barandilla de Iguala.
Como base de estas pesquisas se colocó la intercepción de mensajes entre El Gil y Francisco Salgado Valladares, comandante de la policía municipal de Iguala, fechada el 26 de septiembre de 2014, donde se refieren al traslado de 17 jóvenes de la barandilla municipal a un lugar fuera de Iguala, identificado como Pueblo Viejo.
Las expectativas creadas entre los padres fue que el tema era de tal magnitud que podría dar un vuelco a la investigación, sobre todo en el caso de la recolección de restos óseos de 17 jóvenes, primero, porque se podría identificar a más de ellos —solamente se conoce las identificaciones de tres— y, además, con eso la verdad histórica de la PGR tendría un revés definitivo en relación al basurero de Cocula, como escenario de la cremación de los estudiantes.
Desde octubre de 2023, Alejandro Encinas, entonces subsecretario de DH de Gobernación, informó que había encontrado una foja entre los documentos de la sección segunda de inteligencia militar, que es la transcripción de una comunicación, no se especifica si es telefónica o de mensajería, sobre el traslado de17 estudiantes las instalaciones de la policía de Iguala a Loma de Coyotes. Los padres de los normalistas han exigido la entrega de esa comunicación relacionada directamente con el paradero de por lo menos 17 estudiantes. Saber qué militar hizo la intervención y cuáles fueron los teléfonos objetos de la intervención.
A las fuentes consultadas para la confirmación del envío de restos óseos a Innsbruck y su resultado se les preguntó sobre si en los paquetes para análisis genético estaban los 114 restos óseo de la recomendación de la CNDH, lo que no pudo ser confirmado.
Se sabe que, tanto el fiscal especial, Rosendo Gómez Piedra, y el subsecretario Arturo Medina, tienen como parte de su tarea institucional enviarlos, lo cual sucedería en unos meses, al filo del término de la administración federal, ya que la identificación de ADN en estos 114 restos, con la de varios de los 43 normalistas, echaría abajo la verdad de este gobierno y fortalecería la verdad histórica de la PGR.
Con información Excelsior
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