El nuevo rumbo de la industria automotriz en México

Las ventas de autos en México están en números rojos y el T-MEC pone en riesgo las exportaciones. El país se prepara para lo que viene.

La industria automotriz, considerada una de las joyas de la corona de México, enfrentará uno de sus mayores desafíos este año: revertir la tendencia negativa de las ventas internas de vehículos ligeros y la transición de las reglas de origen del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos (EU) y Canadá, T-MEC, luego de la aprobación de la Reforma Laboral en la Cámara de Diputados.

Las ventas de automóviles en México hilaron 22 meses consecutivos de números rojos en marzo pasado, luego de registrar niveles récord entre 2015 y 2017, cuando se alcanzaron crecimientos de hasta 9%, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

En los tres primeros meses de 2019, en el país se comercializaron 332,013 unidades, 1.7% por debajo de lo registrado en el primer trimestre de 2018. 

Todo indica que en 2019, las bajas ventas continuarán, debido al aumento en las tasas de interés, una mayor inflación y la introducción de vehículos usados importados, que sumaron cerca de 150,000 unidades en 2018 estima Guillermo Rosales, director adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

“Aún hay factores que causan preocupación para el mercado”, dice Rosales, quien para este año prevé ventas totales inferiores a 1.4 millones de vehículos.

El Banco de México (Banxico) en su encuesta de marzo de 2019, muestra una expectativa de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) de 1.56% para 2019 y 1.82% para 2020. Mientras que la expectativa de inflación general es de 3.65% para 2019 y 3.65% para 2020.

Los analistas de Banxico señalan como los principales factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico en México, los problemas de seguridad pública, así como la incertidumbre de la política interna.  “No se prevé que las tasas de interés bajen en 2019, incluso no se descartan más aumentos. Es previsible que el financiamiento siga en niveles relativamente elevados, lo cual impacta en el ánimo y el poder adquisitivo del consumidor”, dice Jesús Arciniega, catedrático de la UNAM.

El nuevo acuerdo 

Se espera que en la primera mitad del año, los congresos de México, EU y Canadá analicen y aprueben el acuerdo comercial. Los analistas confían en que se avale para que entre en vigor a más tardar en 2020. Uno de los grandes cambios del T-MEC recae en la industria automotriz. 

Entre las modificaciones que se hicieron está que el contenido regional de este sector aumente de 62.5 a 75%, por lo que solo 25% de los insumos se podrá adquirir en cualquier parte del mundo. 

Las empresas que no cumplan con esta norma pagarán un arancel de 2.5% bajo el estatuto de Nación Más Favorecida (NMF) que marca la Organización Mundial de Comercio.  Según HR Ratings, 32% de los envíos a EU no cumple con esa regla de origen, lo que tendrá un impacto negativo en las exportaciones manufactureras.  

Coahuila, Guanajuato y Nuevo León contribuyen con 43% de las exportaciones nacionales de la industria automotriz y, por lo tanto, son las tres entidades más expuestas a los cambios en las reglas de origen, de acuerdo con Fitch Ratings.

“El efecto que el T-MEC tenga sobre el crecimiento económico de los estados mexicanos dependerá de la forma en que las cadenas de suministro automotriz respondan a los nuevos requisitos de contenido”, señala la calificadora.

Eduardo Solís, presidente de la AMIA, dice que “si bien estas nuevas normas imponen un reto de integración, entrarán en vigor en 2020 y de forma gradual hasta 2023”, aun si el T-MEC se ratifica este año. 

Solís no espera que 2019 sea un año de sobresaltos, pero sí de pavimentación del camino para transitar hacia la realidad que representará el nuevo acuerdo comercial trilateral, el cual factura 2,000 mdd diarios, en promedio.

Asuntos pendientes 

Una amenaza latente para la industria automotriz global es que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, imponga un arancel de 25% bajo el amparo de la Ley 232 (limitar las importaciones si afectan la seguridas nacional). Sin embargo, México quedó protegido con una carta paralela o side letter que se firmó en el marco del T-MEC.  

En la carta, ambos países definieron el cupo a la importación de vehículos en 2.6 millones de unidades, 900,000 más que los exportados en 2017.

En el sector de autopartes, el cupo es de hasta 108,000 mdd, es decir, 18,000 mdd más que lo enviado el año pasado, de acuerdo con la consultoría IQOM Inteligencia Comercial.

Uno de los pendientes del nuevo acuerdo comercial es eliminar los aranceles de 25 y 10% al acero y aluminio, respectivamente, que Trump impuso a Canadá y México en junio, los cuales tienen un impacto para la industria automotriz. Industria boyante  En 2018, México cerró como el sexto productor mundial de vehículos, solo por detrás de China, EU, Japón, India y Alemania.

En los primeros tres meses de 2019, en el país se ensamblaron 992,383 millones de unidades, 3% por encima de las unidades armadas en el primer trimestre de 2018, pero el objetivo es llegar a cinco millones en 2020.

En la actualidad, nueve fabricantes mundiales de vehículos llevan a cabo operaciones productivas en diferentes estados de la república: Fiat Chrysler Automobiles (FCA), Ford Motor Company, General Motors, Honda, Kia Motors, Mazda, Nissan, Toyota y Volkswagen, a los que se sumarán otros —BMW y Mercedes-Benz—.  En el sector de autopartes, México es considerado el quinto productor global, con un valor estimado de 90,000 mdd anuales, superado por China, EU, Japón y Alemania, según la Industria Nacional de Autopartes.

En 2017 había en el país unas 2,600 plantas productoras de diferentes partes, piezas, componentes y sistemas de la industria automotriz.

En su gran mayoría son filiales de empresas extranjeras y solo 35% corresponde a firmas mexicanas. La producción se concentra en los estados de la frontera norte (51%) y el Bajío (30%).  

Entre 1999 y 2018, la Inversión Extranjera Directa (IED) que registró el sector automotriz y de autopartes fue de 62,267 mdd, el mayor monto sectorial, según la Secretaría de Economía.  De esta cifra, 39.3% se canalizó para la fabricación de automóviles, camiones, carrocerías y remolques, mientras que el 60.6% restante se destinó a partes de vehículos automotores. 

En los últimos cinco años, los grandes ingresos de IED se tradujeron en la construcción de 10 nuevas plantas automotrices: cinco de fabricantes que no operaban en el país —Audi, BMW, Kia, Daimler y Toyota-Infiniti— y cinco de productores que ya lo hacían.

De acuerdo con el documento Conociendo la industria automotriz, elaborado por el INEGI, este sector aporta 3.7% del PIB nacional y 20.2% del valor de las manufacturas, con la contratación de 824,000 personas en 2017.

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