Estados Unidos aún no está listo para reabrir su frontera al ganado mexicano en medio de un brote del gusano barrenador del Nuevo Mundo que se alimenta de carne, dijo la secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, que sin embargo señaló estar satisfecha con los esfuerzos de México para contener la plaga.
Estados Unidos aún no está listo para reabrir su frontera al ganado mexicano en medio de un brote del gusano barrenador del Nuevo Mundo que se alimenta de carne, dijo la secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, que sin embargo señaló estar satisfecha con los esfuerzos de México para contener la plaga.
Durante una visita a la Ciudad de México para reunirse con funcionarios locales, incluida la presidenta Claudia Sheinbaum, Rollins dijo a Reuters en una entrevista exclusiva el lunes que el presidente Donald Trump estaba “muy enfocado” en reabrir la frontera, cerrada en gran medida al ganado mexicano desde mayo.
“Todavía no estamos en el punto en el que me siento cómoda abriendo los puertos, pero creo que cada día que pasa nos acercamos un poco más”, dijo Rollins.
“Quiero tener toda la confianza de que hemos retirado todas las piedras, de que entendemos todos los matices, de que estamos desplegando todos los utensilios de la caja de herramientas”, añadió.
Rollins, que declinó dar un plazo para la reapertura de la frontera, dijo que hablaría con altos funcionarios estadounidenses sobre el tema el miércoles y que tendría más conversaciones sobre el gusano barrenador con Trump.
La Secretaría de Agricultura no respondió a una solicitud de comentarios de Reuters.
México ha estado trabajando para contener el brote, que se ha extendido hacia el norte desde América Central, sacudiendo a las industrias ganadera y de carne de vacuno tanto de Estados Unidos como de México.
Aunque las autoridades estadounidenses afirman que la plaga aún no ha traspasado la frontera de Estados Unidos, amenaza con causar daños por valor de 1,800 millones de dólares sólo a la economía de Texas, según una estimación del Departamento de Agricultura.
En septiembre, Rollins criticó a México por no aplicar medidas suficientes para detener la propagación del gusano barrenador, poniendo de relieve las crecientes tensiones entre ambas naciones a medida que la plaga continúa su avance hacia el norte.
El lunes, sin embargo, tras sus reuniones con funcionarios mexicanos, dijo que los esfuerzos de ambos países representaban “una operación completamente diferente, más sofisticada e impresionante” que en primavera.
Las contrapartes de México “se lo han tomado muy en serio”, dijo Rollins, añadiendo que estaba “muy impresionada” con Sheinbaum.
“Creo sinceramente, que es el esfuerzo de mayor colaboración, tal vez en nuestra vida, entre los dos diferentes departamentos de Agricultura”.
Moscas parásitas
Rollins dijo que en los últimos meses se habían registrado 11 casos de gusano barrenador en estados mexicanos fronterizos con Estados Unidos, aunque todos fueron contenidos y tratados.
Los gusanos barrenadores son moscas parásitas cuyas hembras ponen huevos en las heridas. Sus larvas penetran en la carne viva y acaban matando al huésped si no se tratan.
“La clave es mantener al gusano barrenador alejado de la frontera sur de Estados Unidos, y se ha acercado mucho -demasiado-, así que ahora sólo tenemos que asegurarnos de hacerlo retroceder”, añadió.
En el estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala, algunos ganaderos han culpado de la propagación del brote a la incapacidad del gobierno federal para tomar medidas enérgicas contra los grupos de delincuencia organizada que trafican con ganado robado, lo que les permite acceder a un lucrativo mercado y extorsionar en el camino.
Los animales pueden introducirse de contrabando desde Guatemala, Honduras, Nicaragua u otras naciones centroamericanas, a menudo con crotales y documentos falsificados.
Rollins afirmó que el movimiento ilegal de ganado era un “gran problema” en el que quería profundizar, al tiempo que señaló que México había establecido nuevas protecciones y puestos de control para vigilar mejor el comercio ilícito de ganado.
El cierre de la frontera se ha sumado a la ya tensa situación del suministro de ganado en Estados Unidos, donde los precios de la carne de vacuno han subido a niveles récord mientras el tamaño de los rebaños se ha reducido a su nivel más bajo en décadas, al mismo tiempo que la demanda de los consumidores sigue siendo fuerte. Unas 250,000 cabezas de ganado esperan al sur de la frontera estadounidense para entrar, según Rollins.
Sin embargo, el aumento de los precios de la carne de vacuno no es un factor determinante a la hora de reabrir la frontera.
“Creo que nunca podemos comprometer la seguridad del rebaño por el costo”, dijo Rollins, añadiendo que hacerlo prematuramente podría acarrear mayores gastos más adelante si el gusano barrenador entra en territorio estadounidense y devasta la industria ganadera.
Con información de El Economista.
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