La reciente reforma constitucional para modificar la estructura orgánica y funcional del Poder Judicial de la Federación abrió el debate en torno a la urgente reforma que se requiere en toda la cadena que va, de la seguridad pública en su vertiente preventiva, pasando por la procuración y la impartición de justicia, y el último eslabón, quizá de los más oscuros, que es el sistema penitenciario, tanto federal como los que operan a nivel de los estados de la República.
Desde esa perspectiva, llama la atención que, en la percepción ciudadana, las corporaciones policiacas locales y las fiscalías, tanto General de la República como de las entidades, tienen niveles muy similares de desprestigio que las y los jueces.
Frente a ello, surge la cuestión respecto de si con esos niveles de rechazo ciudadano, realmente habrá de funcionar la reforma realizada y si no se requería, simultáneamente, una revisión respecto de lo que está fallando en los otros sectores mencionados.
LOS DATOS DE LA ENVIPE
De acuerdo con la edición 2024 de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE, 2024), en México hay una alta desconfianza de la ciudadanía respecto de los jueces, pues, según ese instrumento, el 22.2% de las y los mayores de 18 años dicen “desconfiar algo” de los jueces, mientras que el 15.7% manifiesta tener “mucha desconfianza” respecto de esos funcionarios.
Respecto de los Ministerios Públicos y Fiscalías estatales, el nivel de “algo de desconfianza” se ubica en 22.3%, mientras que el 16.2% declara tener mucha desconfianza respecto de esas instituciones. Asociadas a ellas, se encuentran por supuesto las policías de investigación y ministeriales, respecto de las cuales el 19.9% de las y los ciudadanos declara tener “algo de desconfianza”, mientras que el 15.9% manifiesta tener mucha desconfianza. Asimismo, el 20% de la población manifiesta “algo de desconfianza” respecto de la FGR, mientras que el 12.8% declara tener mucha desconfianza.
En el sótano de la evaluación ciudadana se encuentran las policías preventivas y las de tránsito, respecto de las cuales se estima un 24.5% y 28.9% de “algo de desconfianza, respectivamente; así como un 16.5% y 21.7% de “mucha desconfianza”.
Las instituciones mejor evaluadas son la Marina Armada de México y el Ejército mexicano, respecto de los que la estimación de “algo de desconfianza” es de 5.7% y 8%, para cada uno de ellos; mientras que la percepción de “mucha desconfianza se ubica en 2.8% y 4.1%, respectivamente.
EL OSCURO TERRENO DE LA CORRUPCIÓN
El otro indicador que revela la distancia enorme que existe entre la ciudadanía y las instituciones de seguridad pública, procuración e impartición de justicia es el de la corrupción percibida. En efecto, en todo el país, las corporaciones de policías de tránsito son las que tienen el mayor desprestigio, pues 72% de la ciudadanía considera que hay corrupción en ellas.
En segundo lugar, se ubica la figura de las y los jueces, respecto de quienes 64,4% percibe que son corruptos; 62.4% considera lo mismo respecto de las policías preventivas municipales; 60.7% piensa algo similar respecto de las policías estatales, 60.2% lo cree de los ministerios públicos y fiscalías estatales.
Con información Excélsior
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