TOKIO — Japón, uno de los países más propensos a sufrir terremotos del planeta, emitió su primer “aviso de megasismo” la semana pasada luego de un potente movimiento telúrico frente a la costa suroriental de la isla de Kyushu, en el sur del país.
El terremoto de magnitud 7,1 no provocó muertes ni daños graves, pero el aviso ha generado una confusión generalizada y una persistente sensación de preocupación — en un país acostumbrado a que haya sismos con regularidad — en torno a cuándo se producirá el próximo gran temblor.
¿Qué es un aviso de megasismo?
La Agencia Meteorológica de Japón emitió el aviso tras concluir que el terremoto de magnitud 7,1 que se registró el 8 de agosto en el extremo occidental de la fosa de Nankai incrementó la probabilidad de que se produzca uno más intenso.
Hay entre un 70% y un 80% de probabilidades de que ocurra un sismo de magnitud 8 o 9 vinculado con la fosa de Nankai en los próximos 30 años, y la probabilidad es ahora “más alta de lo normal” tras el último temblor, señaló la AMJ.
Pero no es una predicción de que vaya a producirse un megasismo en un tiempo o ubicación específicos, dijo el sismólogo Naoshi Hirata, de la Universidad de Tokio, que encabeza el panel de expertos de la AMJ. Hirata instó a la población a mantenerse alerta y preparada.
¿Qué es la fosa de Nankai?
La fosa de Nankai es una fosa submarina que va desde Hyuganada, en las aguas frente a la costa suroriental de Kyushu, a la bahía de Suruga, en el centro de Japón. Abarca unos 800 kilómetros (500 millas) a lo largo de la costa del Pacífico.
La placa tectónica del Mar de Filipinas tira allí lentamente hacia abajo de la placa Euroasiática y hace que de vez en cuando retroceda, una acción que podría derivar en un megasismo o en un tsunami, señaló la AMJ.
El último terremoto registrado en la fosa de Nankai frente a Shikoku, en 1946, registró una magnitud preliminar de 8,0 y causó la muerte de más de 1.300 personas.
¿Cuánto daño puede causar un megasismo?
En 2013, un equipo gubernamental de prevención de desastres indicó que un terremoto de magnitud 9,1 en la fosa de Nankai podría generar un tsunami de más de 10 metros de altura (33 pies) en cuestión de minutos, lo que podría causar hasta 323.000 muertes, destruiría más de dos millones de edificios y provocaría daños económicos por importe de más de 220 billones de yenes (1,5 billones de dólares) en amplias franjas de la costa japonesa del Pacífico.
¿Qué está haciendo el gobierno para prepararse?
Debido al “aviso de megasismo”, el primer ministro, Fumio Kishida, canceló el viaje que tenía programado entre el 9 y el 12 de agosto a Asia central y anunció que dirigiría la respuesta gubernamental y garantizaría las medidas preventivas y la comunicación con la población.
La Agencia para el Manejo de Incendios y Desastres dio instrucciones a 707 municipios considerados de riesgo ante un terremoto en la fosa de Nankai a revisar sus medidas de respuesta y sus planes de evacuación.
Expertos y autoridades han pedido a la gente que mantenga la calma y continúe con su actividad social y económica habitual, así como que almacenen alimentos y agua para casos de emergencia y examinen los planes de evacuación con sus familiares.
En una nota tranquilizadora, expertos de la AMJ dijeron el lunes que, por el momento, no han hallado ninguna actividad sísmica ni tectónica anormal que indique un megasismo.
¿Cómo está reaccionando la gente?
El “aviso de megasismo”, que está lleno de jerga científica, ha preocupado y desconcertado a la población en todo el país. Algunas localidades cerraron sus playas y cancelaron eventos anuales, lo que provocó problemas a algunos viajeros durante la semana feriada del Obon, una época de festivales y fuegos de artificio en toda la nación.
Muchas personas han retrasado los viajes que tenían planeados y se han apresurado a almacenar arroz, fideos secos, alimentos enlatados, agua embotellada, inodoros portátiles y otros artículos para emergencias. Esto ha vaciado las estanterías de muchos supermercados en el oeste de Japón y en Tokio, a pesar de que la capital está fuera de la zona de riesgo.
En la ciudad de Matsuyama, en la isla de Shikoku, que cuenta con numerosas fuentes termales, los hoteles y balnearios revisaron sus planes de evacuación y sus equipos de emergencias y pusieron en marcha un sistema de comunicación por radio para casos de emergencia. Han recibido cientos de cancelaciones desde que se emitió el aviso, indicó Hideki Ochi, director de la Asociación Dogo Onsen Ryokan.
Las empresas ferroviarias que operan en la región dijeron que sus trenes circulan a una velocidad ligeramente menor como medida de precaución.
Un grupo de trabajo de gestión de crisis en la ciudad costera de Kuroshio, en la prefectura de Kochi, donde el análisis de riesgo del gobierno prevé un tsunami de hasta 34 metros (111 pies) de altura, estableció en un primer momento 30 refugios. Pero solo dos siguen abiertos luego del aviso de la AMJ del lunes de que no había indicios de un megasismo inminente.
Higashi Osaka pidió a los residentes a través de la web municipal que no realicen en viajes “innecesarios y no urgentes” en caso de un temblor que gran magnitud.
La popular localidad costera de Shirahama, en la prefectura de Wakayama, indicó que sus cuatro baños termales al aire libre, parques y otras instalaciones permanecerían cerradas una semana. Además, canceló el festival pirotécnico anual previsto para el sábado.
Con información AP
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