CAMPO DE REFUGIADOS DE YENÍN, Cisjordania — Las tropas de Israel parecían haberse retirado de tres campos de refugiados de la Cisjordania ocupada el viernes por la mañana, tras una operación militar de más de una semana que dejó docenas de muertos y un rastro de destrucción.
Durante la noche se vieron vehículos blindados de transporte de tropas abandonando el campo de Yenín por un puesto de control instalado en una de las carreteras principales, y un reportero de The Associated Press que estaba en el interior del campo no vio signos de la presencia de fuerzas israelíes al amanecer el viernes.
Las autoridades militares israelíes dijeron que durante el operativo se buscó a insurgentes en los campos de refugiados de Yenín, Tulkarem y Al-Faraa para frenar los recientes atentados letales contra civiles israelíes que, según apuntaron, son cada vez más sofisticados y mortíferos.
Las tropas se retiraron del campo de Tulkarem el viernes en la mañana y habían abandonado el de Al-Faraa antes, pero el ejército israelí sugirió en un comunicado que la operación no había finalizado.
“Las fuerzas de seguridad israelíes siguen actuando para conseguir los objetivos de la operación antiterrorista”, apuntó la nota.
Cientos de soldados israelíes participaron durante más de una semana en la que ha sido su operación más letal en la Cisjordania ocupada desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás, empleando lo que Estados Unidos calificó como “tácticas letales similares a las de una guerra”.
El objetivo del operativo era el campo de refugiados de Yenín, un bastión de la insurgencia palestina que ha crecido desde el ataque de Hamás sobre el sur de Israel que desencadenó el conflicto en Gaza hace casi 11 meses.
En Yenín se registraron 21 de los 39 decesos de palestinos que, según las autoridades de salud locales, se han producido durante la última incursión israelí en Cisjordania. De acuerdo con el ejército, la mayoría de los fallecidos eran milicianos.
Los combates han tenido un efecto devastador para los civiles palestinos que viven en Yenín.
El suministro de agua y electricidad quedó cortado, las familias han estado confinadas en sus hogares y las ambulancias que evacuaban a los heridos vieron ralentizado su camino a los hospitales cercanos, mientras los soldados israelíes buscaban a los insurgentes.
Durante la operación, las fuerzas israelíes emplearon excavadoras en todo el campo, que destrozaron las carreteras en busca de explosivos enterrados.
Preguntado por un reportero de la AP por los daños causados a la infraestructura en Yenín, un oficial militar israelí reconoció la destrucción pero apuntó que era el resultado de la estrategia insurgente de colocar explosivos en zonas civiles. El funcionario habló bajo condición de anonimato en cumplimiento con las normas del departamento.
En la tranquila mañana del viernes, los residentes aprovecharon la calma para rebuscar entre los escombros de los edificios destruidos y hacer balance de los daños.
Con información AP
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