Nicolás Maduro anunció este domingo un plan de racionamiento eléctrico de 30 días debido a los apagones masivos que se producen desde el pasado 7 de marzo. En tres semanas, Venezuela sufrió tres cortes de luz que afectaron a la mayor parte del país y se prolongaron durante varios días. El Gobierno, que atribuye los fallos a unos ataques diseñados para desestabilizar el ya muy tenso clima político, busca controlar una red eléctrica aquejada por la mala gestión y la desinversión.
El mandatario informó de que ha puesto en marcha “un plan de 30 días para ir a un régimen de administración de carga, de equilibrio entre el proceso de generación, los procesos seguros de transmisión y los procesos de servicio y consumo en todo el país, poniendo énfasis en garantizar el servicio de agua”. La falta de agua se convirtió precisamente, en medio de los apagones, otra de las disfunciones que sumieron al país en el caos.
La medida anunciada por el sucesor de Hugo Chávez no es nueva y ya ha sido aplicada, a escala regional, en el país, por ejemplo en Zulia (oeste), estado petrolero y uno de los más afectados por los cortes de electricidad. Maracaibo, su capital, puede considerarse como la zona cero de los últimos apagones. En la ciudad se produjeron además cientos de saqueos. “Hemos venido administrando una situación muy grave porque el golpe afectó la capacidad de generación desde Guri al resto del país”, afirmó Maduro. El Ejecutivo mantiene la teoría del sabotaje de la oposición con el apoyo externo de la Administración de Donald Trump. Desde hace semanas, los dirigentes chavistas hablan de “golpe de Estado”, “ataques terroristas” y acuñaron el término “guerra eléctrica”.
De momento, no se conocen los detalles de este plan, que entró en vigor hoy mismo, esto es, cómo articulará la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) el racionamiento de energía. Lo que sí ha quedado fijada es una reducción paralela de las horas de trabajo. “El Gobierno bolivariano ha decidido mantener suspendidas las actividades escolares y se establece una jornada laboral diaria hasta las dos de la tarde en instituciones públicas y privadas”, continuó Maduro.
Mientras tanto, la situación, insostenible para millones de venezolanos, ha derivado en una jornada de protestas, una de las herramientas de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional reconocido como mandatario interino por más de 50 países, para redoblar la presión sobre el régimen. Algunas de las movilizaciones fueron reprimidas por miembros de los colectivos, grupos de civiles armados que actúan como fuerzas de choque del Gobierno. El político convocó una nueva asamblea para mañana. “Nos vemos en las calles”, manifestó Guaidó a través de Twitter. “Ponemos el pecho con ustedes y junto a ustedes. No podrán con nosotros”.
Agencias.
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