Activistas denunciaron que, tras meses de maltrato, los felinos necesitaban atención médica inmediata y observación por parte de expertos durante varios días.
La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm) denunció la muerte de una leona africana en el predio de la Fundación Black Jaguar – White Tiger, un santuario para felinos clausurado el pasado 18 de julio por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
A través de un comunicado, se señaló que la mayoría de los 177 grandes felinos hallados en el lugar se encontraban en un estado de salud muy delicado y requerían, además de alimento y agua, atención médica especializada inmediata.
Sin embargo, las autoridades sólo han autorizado el traslado de ocho felinos y 14 primates al Zoológico de Chapultepec, el resto permanecieron ahí y sin que médicos especialistas pudiesen tener acceso, por lo que previsiblemente existía la posibilidad de que ocurriera la pérdida de ejemplares.
“Estamos muy preocupados porque, como siempre lo hemos dicho y nos hemos quejado, los procesos legales y demás diligencias no pueden estar por encima de la vida, estamos ante una urgencia, una emergencia y se debe tratar como tal, es un caso de vida o muerte”, sostuvo el presidente de la Azcarm, Ernesto Zazueta.
Añadió que “no se trata de buscar culpas o responsables, pero sí de urgir a todas las autoridades involucradas a que autoricen el traslado de los felinos a las instituciones zoológicas ya autorizadas y verificadas por ellos mismos”.
“Realmente están mal, fueron muchos meses de maltrato los que sufrieron y necesitaban atención médica inmediata y observación por parte de expertos durante varios días. Es el día 16 tras el inicio de la inspección y siguen sin ser atendidos como corresponde, ya se deben tomar medidas drásticas. Si no quieren trasladarlos, que no lo hagan, pero hay que atenderlos y la Profepa y la Fiscalía tiene funcionarios e inspectores, pero no tienen médicos veterinarios o especialistas que se hagan cargo y responsables de la salud y vida de tantos animales silvestres“, recalcó Zazueta.
En un comunicado previo, la Azcarm señaló que el predio no contaba con la autorización para operar como Instalación que Maneja Vida Silvestre en Forma Confinada, Fuera de su Hábitat Natural (PIMVS) y además no se hallaron los documentos para acreditar la legal procedencia de cada uno de los ejemplares.
“Estas y otras irregularidades, aunadas al deplorable estado de salud de los animales silvestres, la mayoría de especies en riesgo de extinción, concluyó en la clausura oficial de la supuesta fundación de conservación de grandes felinos”, indicó.
Con información de Aristegui Noticias
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