WASHINGTON (AP) — Después de una campaña marcada por el rencor y el miedo, los estadounidenses deciden el martes entre el presidente Donald Trump y el demócrata Joe Biden, seleccionando a un líder para dirigir a una nación golpeada por una pandemia creciente que ha matado a más de 231.000 personas,cuestan a millones sus empleos y ha remodelado la vida cotidiana.
Cerca de 100 millones de estadounidenses votaron temprano, y ahora corresponde a los votantes del día de las elecciones terminar el trabajo, poniendo fin a una campaña que fue levantada por el coronavirus y definida por las tensiones sobre quién podría abordarlo mejor. Cada candidato declaró que el otro fundamentalmente no apto para liderar una nación que lucha con COVID-19 y se enfrenta a preguntas fundamentales sobre la justicia racial y la equidad económica.
Biden entró en el día de las elecciones con múltiples caminos hacia la victoria, mientras que Trump, jugando al día en una serie de estados de campo de batalla, tenía un camino más estrecho pero todavía factible para aferrarse a 270 votos del Colegio Electoral. El control del Senado también estaba en juego: los demócratas necesitaban ganar tres escaños si Biden capturaba la Casa Blanca para obtener el control de todo Washington por primera vez en una década. Se esperaba que la Cámara permaneciera bajo control demócrata.
Los votantes se enfrentaron a largas filas y a la amenaza del virus de emitir papeletas al elegir entre dos visiones claramente diferentes de Estados Unidos durante los próximos cuatro años. El voto anticipado récord —y las escaramuzas legales sobre cómo se contarán— atrajeron acusaciones sin apoyo de fraude de Trump, quien se negó a garantizar que respetaría el resultado de la elección.
Luchando hasta el final por cada voto, Biden se dirigía a Filadelfia y se detuvo en una sala de sindicatos de carpinteros en su Scranton natal el martes como parte de un esfuerzo de cierre para obtener la votación antes de esperar los resultados de las elecciones en su ciudad natal de Wilmington, Delaware. Su compañera de fórmula, el senador Kamala Harris, estaba visitando Detroit, una ciudad muy negra en el campo de batalla de Michigan. Ambos esposados también se dirigían, mientras los demócratas buscaban una victoria clara.
Biden y su esposa, Jill, comenzaron el día con una parada en St. Joseph’s on the Brandywine en Wilmington, Delaware, con dos de sus nietos en remolque. Después de una breve visita a la iglesia, los cuatro caminaron hasta la tumba de su difunto hijo Beau Biden, en el cementerio de la iglesia. Beau, un ex fiscal general de Delaware, murió de cáncer cerebral en 2015 y había alentado al ex vicepresidente a hacer otra carrera en la Casa Blanca.
Trump hizo una aparición matutina en “Fox & Friends”, donde predijo que ganará por un margen electoral mayor que en 2016, cuando contabiló 306 votos en la universidad electoral en comparación con los 232 de la demócrata Hillary Clinton. El presidente, que regresó a la Casa Blanca después de las 3 a.m. del martes después de un ajetreado día de campaña, también planeó visitar su sede de campaña en Virginia. Invitó a cientos de simpatizantes a una fiesta nocturna electoral en la Sala Este de la Casa Blanca.
Las primeras encuestas cierran a las 6 p.m. Hora del este en las franjas de Indiana y Kentucky, seguido de un flujo constante de encuestas que se cierra cada 30 minutos a una hora durante toda la noche. Las últimas encuestas en Alaska cerraron a la 1 a.m. Hora del este el miércoles.
La dura campaña dejó a los votantes de ambos lados ansiosos por seguir adelante.
“Creo que hay mucha división y separación”, dijo Kelvin Hardnett, quien estaba entre más de dos docenas de votantes que hacían cola más de una hora antes del sitio de votación en el Centro Cívico del Condado de Cobb fuera de Atlanta abrió el martes por la mañana. “Y creo que una vez que superemos los nombres, los títulos y las agendas personales, entonces podemos centrarnos en algunos temas reales”.
En su último día completo en la campaña, Trump y Biden rompieron bruscamente sobre la mecánica de la votación en sí mientras visitaban el campo de batalla más ferozmente disputado, Pensilvania.
Con información AP
